domingo, 31 de julio de 2016

La confianza es la clave



“La confianza, como el arte, nunca proviene de tener todas las respuestas, 
sino de estar abierto a todas la preguntas.”
Earl Gray Stevens


Dicen los psicólogos que la confianza en uno mismo es clave. Sin confianza no afrontas ningún proyecto y la iniciativa personal se ve menguada. Nada en la vida, ni en lo personal ni en lo profesional, es ajeno a la confianza que desarrollamos en lo que hacemos. Si a la confianza en uno mismo le añadimos la motivación, el querer, conseguiremos mucho más. Las nuevas corrientes de la psicología positiva apuestan que la confianza y la motivación debe ser completado con las emociones. La pasión te lleva a comprometerte con aquello que realmente te ilusiona y te gusta. Confianza, motivación y pasión en todo lo que hacemos. Esa es la ecuación para sentirse satisfecho con uno mismo, y a la larga, lo que nos  proporciona felicidad.

Pilar Jericó se refiere en sus libros (No miedo y ¿Y si realmente pudieras? La fuerza de tu determinación) que el miedo nos impide desarrollar todo nuestro potencial, a menudo encorsetado por nuestras propias inseguridades. Sobre esto hay una bonita cita que dice "El miedo llamó a la puerta, la confianza abrió... y fuera no había nadie". Esta es una frase de motivación que hace referencia al hecho de tener confianza en uno mismo. La confianza nos lleva al éxito. La confianza anula el miedo. A veces el miedo, las inseguridades, no nos deja avanzar y perdemos la oportunidad de alcanzar nuestros objetivos. Ese miedo puede ser superado y derrotado si cambiamos la forma de pensar. Pensar en positivo. Hay una fórmula para hacerlo, y se llama confianza, confianza en uno mismo.

La confianza nos lleva a aprender a creer en nosotros mismos. El problema nunca es la falta de talento, pues siempre habrá algo que hagamos muy bien, que seamos muy buenos en una actividad concreta, sino en la falta de confianza para identificarlo y desarrollarlo adecuadamente. El problema no es nuestra incapacidad sino la creencia de que no somos capaces, las dudas que tenemos sobre nosotros mismos. Como consecuencia de esto, la mayoría de las personas no llevan una vida de acuerdo a sus posibilidades sino a sus creencias, que muchas veces son creencias limitantes.

Como una palanca personal, la confianza nos proyecta hacia el exterior, hacia una sociedad abierta a todo. Para ello es preciso seguridad en lo que somos y lo que queremos ser. La confianza es el resultado de un camino hacia uno mismo, en el que somos capaces de ser y estar, sin bloqueos ni grandes inseguridades, capaz de afrontar decisiones, dudas, problemas, conflictos, alternativas, sin grandes dificultades.

Ciertamente, la confianza se va logrando y construyendo poco a poco, para lo cual como en tantas habilidades, es preciso una disposición que la favorezca. Para ello la paciencia es la mejor consejera, no se debe exigir resultados desde el primer momento. Los obstáculos son algo natural en nuestra existencia, por lo que las dificultades se deben afrontar con naturalidad, venciendo resistencias pequeñas o grandes. La confianza es amiga de la constancia y perseverancia, sabiendo que bien gestionadas llevarán a grandes resultados. Por tanto, lo realmente importante es ir configurando un hábito, el que te hace afrontar los retos con confianza, sabiendo que el mayor enemigo en los procesos de desarrollo personal es la impaciencia, el querer ir demasiado rápido, que te lleva a exigirte demasiado, con lo que al final si no logras lo buscado, te frustras y abandonas. 

Si hasta ahora hemos hablado de la confianza como una virtud intrapersonal, desde el ámbito empresarial, la confianza tiene una perspectiva interpersonal de gran importancia. En las empresas y organizaciones la confianza en la base del liderazgo, de los equipos eficaces y de los objetivos compartidos. Se dice con frecuencia que la confianza es clave en el éxito de una empresa. Sin duda, pues sin confianza impera el miedo y la desconfianza echa raíces, la ilusión se desvanece y el compromiso desaparece. Habría una tercera perspectiva de la confianza, como en la motivación, que denominamos la confianza transcendente. Para los creyentes, la confianza en el Señor es la clave del éxito en la vida, dice el Papa Francisco, afirmando que el que confía sólo en sí mismo, en las propias riquezas o en las ideologías está destinado a la infelicidad. Quien confía en el Señor, sin embargo, da fruto también en el tiempo de la sequía.

Para terminar, una cita final:

"La confianza es como un juego de espejos. Se trata de proyectar la confianza que tenemos en nosotros para ser capaces de ver a los demás como personas dignas de confianza”, del libro “Confianza”, de Leila Navarro y José María Gasalla.

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