domingo, 29 de abril de 2012

La visión hace al líder




El desarrollo de la visión es una de las habilidades que menos se destacan en un líder. En cambio, quiero aprovechar este espacio para reivindicarla como una de las más importantes y necesarias, y aquella que diferencia claramente a un líder de un gestor:


La visión hace al líder. Lo que descubrí fue que todos los líderes tenían una visión fuerte, plausible y convincente acerca del rumbo que pensaban imprimir a sus empresas. Los mejores líderes son gente de ideas y forjadores de conceptos”.

                    Warren Bennis. Profesor  y experto en
                     liderazgo.

miércoles, 25 de abril de 2012

El "cuarto oscuro" de la economía española, hoy


La situación de la economía española en este primer trimestre del año 2012 nos está presentando una realidad llena de dificultades, que nos muestra de forma clara maneras de pensar y modelos mentales de trabajadores, sindicatos, empresarios y dirigentes políticos que, a día de hoy, todavía entienden el futuro de la economía española bajo paradigmas superados y se cierran a aceptar que la empresa y la economía de hoy, se basan en el conocimiento y en la flexibilidad. Estas son las dos claves que deben tenerse en cuenta para entender las prioridades en el futuro. Nuestro entorno ha cambiado (y cambiará más) y, por lo tanto, es necesario que las empresas y/o organizaciones se adapten adecuadamente a este nuevo escenario si quieren sobrevivir.
Las respuestas y reacciones que se han venido ofreciendo desde todos los sectores, me hacen pensar, que al igual que las personas, la economía española tiene su particular “cuarto oscuro”.
Las personas tenemos nuestro “cuarto oscuro”, un lugar mental en donde depositamos ideas o pensamientos que no nos son cómodos, que retan nuestro modo de entender o ver el mundo. Los metemos ahí porque así nos sentimos más cómodos, más confiados.
Nuestros “cuartos oscuros” están llenos de errores que hemos cometido en el pasado. Nuestra cultura y educación no nos enseña a aprender de nuestros errores, sino que al contrario, tendemos a olvidarlos rápido, a depositarlos en el “cuarto oscuro”.
Respecto a la economía española, pasa algo parecido. Hay evidentes situaciones que se han convertido en lastres para la economía y para la competitividad. La reciente reforma laboral ha puesto de manifiesto uno de estos “cuartos oscuros” de la economía española. El modelo laboral vigente hasta la reforma había demostrado durante los últimos 30 años una evidente ineficacia para ofrecer opciones claras de facilitar empleo a generaciones de jóvenes cada vez más formadas. Guillermo de la Dehesa afirma en un magnífico artículo (Porqué la reforma laboral es tan necesaria, El País, 12-4-2012) que el elevado y persistente desempleo, es el mayor fracaso de la economía española. Pues negar esa realidad, pensar que la reforma de ese marco laboral, que ha permitido ese fracaso monumental, no es más que una justificación para los recortes, lo convierte en un “cuarto oscuro”, un lugar, como hemos dicho antes, donde queremos meter las ideas que no nos son “cómodas”. Es una vez más, usar la estrategia del avestruz. Los temas dolorosos, difíciles, estructurales pretenden, los que así piensan, evitarlos, mantenerlos sin cambio. No entienden que lo mismo que la empresa ha cambiado, de la taylorista a la 2.0, la economía también. Y hacen falta medidas, vaciar el “cuarto oscuro”. Por eso, sean bienvenidas reformas y soluciones que atiendan a respuestas de hoy.
Con las medidas de austeridad y reducción del déficit público, pasa algo parecido. Este ha sido un tradicional “cuarto oscuro” de la economía española. El fuerte rechazo que está teniendo en la población española la política de recortes obligada por la acuciante necesidad de reducir el déficit público es otro ejemplo de cómo rechazamos aquello que nos incomoda o nos perjudica personalmente, sin pensar en el bien común.
Ello hace que cualquier reto comporte un riesgo a equivocarse, que desafíe nuestros modelos mentales, origine miedo y temor a no optar por las medidas adecuadas y ahí está el “cuarto oscuro” para dejarlo, para sentirnos bien en nuestra zona de confort.
Los rechazos radicales a las reformas no dejan de ser refugios mentales, los “cuartos oscuros” a los que me refería al principio cuando hacía referencia a las personas. Estos “cuartos oscuros” frenan todo tipo de innovación, de aprendizaje y que, en mi opinión, está en la base de los graves problemas que se  afrontan actualmente en la gran mayoría de organizaciones públicas y privadas.
La capacidad de aprender de nuestros errores, de cambiar los paradigmas y modelos mentales requiere cerrar con llave el “cuarto oscuro” y no recurrir a él como auxilio a nuestras limitaciones.
Los enormes retos que tiene ante sí España y Europa hacen necesario una visión lo suficientemente amplia como para no caer en el error de contemplar el corto plazo como medida de lo que se debe afrontar. Los retos son de tal magnitud, que aun aceptando como posibles diferentes opciones y estrategias, se tenga la valentía de no limitarlas con nuestros “cuartos oscuros”.

viernes, 13 de abril de 2012

Las personas ... el patrimonio más valioso.


Del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia leo esto tan importante y a veces tan olvidado:


Las personas constituyen "el patrimonio más valioso de la empresa", el factor decisivo de la producción. (nº 344)




Cambio de paradigma



El dramático dato de la pérdida de 177.000 empleos en el mes de enero de 2012 es una triste noticia en un largo serial que parece no tener fin. Si algo tiene de malo, que es mucho, es esa especie de resignación paralizante que parece como que nos estemos acostumbrando en los primeros días de cada mes a la inevitable mala estadística del paro del mes anterior.
Pero ciertamente, las cifras del paro, un 22% de la población activa, un 50% de los jóvenes activos, nos está mostrando una realidad incontestable: la salida de la crisis deberá recorrer nuevos caminos. Soy de los que opinan que la crisis económica que se desató a nivel mundial en el verano de 2007 va a hacer cambiar muchas “leyes” hasta ahora intocables: han caído empresas líderes, como Lehman Brothers, han sido rescatados países, como Grecia, que recientemente acordaba con la troika comunitaria las condiciones para un segundo plan de rescate que la salve de un default, Irlanda, Portugal…., han caído cajas de ahorros, el precio de la vivienda, han bajado los sueldos de los empleados públicos y de los ejecutivos de bancos y cajas intervenidas, … algo impensable no hace tanto. Muchas cosas están cambiando sin darnos cuenta. Las bases del sistema pueden estar cambiando. Pero,  ¿qué es lo que cambia? Cambia la respuesta que las personas debemos dar ante nuestro proyecto de vida, que deberá estar basado en valores renovados sobre el esfuerzo y el trabajo. 

Por todo ello, pienso que la salida de la crisis traerá, provocará un nuevo paradigma (conjunto de experiencias, creencias y valores que afectan la forma en que un individuo percibe la realidad y la forma en que responde a esa percepción). Es decir, el cambio de paradigma exigirá a la sociedad en su conjunto, y sobre todo a los jóvenes, una manera diferente de afrontar los nuevos retos, las nuevas demandas, las exigencias crecientes de un mundo cada vez más globalizado. Y esto se deberá traducir, en que sepamos desarrollar la visión que nos permita tomar decisiones importantes, en función de si nos acercan o nos alejan de nuestra visión, así como a focalizar nuestros recursos y esfuerzos, a tomar perspectiva y mirar a medio plazo, relativizando así la importancia de supuestos obstáculos a corto plazo, a comprometernos con metas más ambiciosas y elevar el umbral de resistencia a la frustración. Todo esto no nos garantiza, aunque sí nos facilita, conseguir lo que perseguimos. 

El diario La Razón incluía hace unas semanas un reportaje titulado “Somos empresarias, ¿Qué pasa?”, sobre un grupo de mujeres y jóvenes, que le han plantado cara a la crisis y han montado su propia empresa con pocos medios y muchas ganas. Esta es la representación más evidente del cambio de paradigma, necesitamos que sea la persona el nuevo protagonista de la salida de la crisis. Es decir, todo el conjunto de valores, creencias, conocimientos, capacidades, competencias, recursos, creatividad, habilidades, sueños, experiencias, etc., de que es capaz de desarrollar una persona. Y todo este derroche de capacidades, libres de las cargas o estacas que el sistema en crisis nos pueda poner sobre el camino, que son como viejas creencias que nos animan al inmovilismo, como por ejemplo, algunas muy conocidas por todos: “Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”,  “hasta ahora no nos ha ido tan mal”, “para qué mirar al futuro”, “hay que ser realistas”, “cualquier tiempo pasado fue mejor”, “no tenemos recursos, medios, dinero”, “así no se puede hacer nada”, “que innoven otros”, ”somos así, ya no podemos cambiar” , etc. Son estacas paralizantes que debemos rechazar y apostar por visualizar un futuro ilusionante, que haga movilizar todo el potencial que las personas somos capaces de desarrollar. 

Este es el camino. Este será el nuevo paradigma emergente. El viejo paradigma “papá Estado” está agotado.