"El que piense que quiere aprender, sea bienvenido,
el que piense que lo sabe todo, se ha equivocado de lugar"
Pepe Rodríguez Rey
Ha terminado la primera edición de MasterChef en España. Un programa de gastronomía pero con un formato diferente, novedoso y muy atractivo. El pasado martes 2 de julio se celebró la final, en la que Juan Manuel, Eva y Fabián competían por alzarse con la victoria y un premio muy atractivo. También destacaron Clara, Maribel, José David, Cerezo, etc. Jóvenes y no tan jóvenes que se han enfrentado en una competición por ser el primer MasterChef de España, mediante la elaboración de los mejores platos, evaluados por el juicio inapelable de tres reconocidos chef que actuaban como Jurado.
Me ha gustado este programa. Ha permitido visualizar un conjunto de habilidades que me parecen sumamente interesantes: trabajo en equipo, capacidad de aprender, liderazgo, creatividad, toma de decisiones, resolución de problemas, principalmente. Se agradece ver en televisión programas diferentes, lejos de la mediocridad que la inunda.
El programa desarrolla un formato que me ha parecido sugerente identificarlo como una verdadera escuela de habilidades. Comienza el programa con una prueba de presión, en la que los participantes se enfrentan a elaborar un plato determinado, en igualdad de condiciones, y con el riesgo de que hacer el peor plato implica entrar en la prueba de eliminación, mientras que elaborar el mejor plato supone salvarse de la temida prueba que puede implicar abandonar el programa. En esta prueba de presión, los concursantes deben poner a prueba conocimiento, técnica, creatividad, presentación, gestión del tiempo. Muchas veces las personas nos encontramos en momentos y circunstancias parecidas, en las que saber gestionar adecuadamente esos momentos es una tarea fundamental. Tanto en nuestra vida personal como principalmente en el trabajo, estas habilidades hacen que destaquemos en el desempeño profesional.
El reto creativo es otra prueba, en que a modo de un role playing, los concursantes deben realizar un plato libre pero bajo determinadas pautas o criterios. Una prueba en la que la creatividad es base, pero que se complementa con la toma de decisiones, pues, por ejemplo, deben decidir en tres minutos que ingredientes deben escoger del supermercado para elaborar el plato indicado. Me parece una prueba muy interesante: la toma de decisiones importantes en tan poco tiempo es una realidad en muchos ámbitos profesionales y personales. Y saber tomar las decisiones adecuadas, estar y mostrarse seguro en las decisiones tomadas es muy importante. Es una habilidad que hay que practicar.
Los mejores platos implican ser el capitán del equipo, debiendo elegir a su equipo. El desempeño de la responsabilidad no es fácil. Exige determinación, capacidad de mando y de organización, por algo a algunos concursantes le suponía un reto difícil, que querían evitar. Pero es fundamental y necesario practicarlo, ejercer como responsable implica un conjunto de habilidades que precisan práctica, mucha práctica y aprendizaje continuo. La percepción del talento en los demás para que entre todos consigamos la mejor realización es una habilidad muy destacada en el responsable de un equipo. Para el concursante que asumía el papel de capitán le suponía saber escoger bien, otra habilidad, para superar la prueba por equipos, y por tanto, salvarse de la prueba de eliminación. Para el que desempeña la función de capitán, de responsable, de líder, se pone a prueba su capacidad de dirigir, de coordinar, de supervisar, de inspirar por conseguir una realización perfecta. En cambio, para el conjunto del equipo, se debe desarrollar una habilidad fundamental: el trabajo en equipo, esa capacidad de trabajar y hacer que los demás trabajen, colaborando unos con otros, habilidad que es tan importante en las empresas y... en las cocinas. Me parece muy interesante cuando el capitán debe decidir la asignación de platos a miembros concretos del grupo, considerando la dificultad de cada plato y la competencia de cada miembro del equipo.
La caja misteriosa. Esta prueba presenta a los concursantes afrontar con una serie de ingredientes preseleccionados el reto de elaborar un plato determinado previamente por el Jurado, pero cuya realización han de ejecutar individualmente, poniendo a prueba sus conocimientos, la experiencia y práctica previa, la gestión de un tiempo siempre limitado y escaso, la decisión de cómo elaborar el plato, con que variaciones, la forma de emplatar y presentarlo al Jurado.
Prueba de eliminación. Esta es la prueba final, de donde sale el concursante que es expulsado del concurso. Los concursantes que participan en esta prueba deben elaborar un nuevo plato cuya realización será la que determine a criterio del Jurado quien deberá abandonar MasterChef. Una prueba que hace trabajar a los concursantes en condiciones de gran tensión, sometidos a circunstancias aún más difíciles en donde desplegar adecuadamente las habilidades de toma de decisiones, (tienen 3 minutos para escoger los ingredientes en el supermercado), creatividad e innovación para elaborar el plato, gestión del tiempo, etc., es una cuestión capital.
En definitiva, MasterChef ha sido un programa en donde las habilidades personales de los participantes han sido las verdaderas protagonistas, las que han determinado el éxito alcanzado, y cuya evolución positiva a lo largo de los tres meses de duración del programa ha sido destacado de forma muy clara por el Jurado. Han puesto de manifiesto una vez más, que el conocimiento no basta, no es suficiente, que hacen falta un conjunto de habilidades personales y de dirección de personas que son necesarias para hacer del conocimiento y la técnica un verdadero recurso.
Otra cuestión fundamental que destaco de MasterChef ha sido la oportunidad de identificar la importancia de la actitud que cada concursante ha demostrado en los sucesivos programas. La automotivación, la capacidad de aprender se convierten en clave para explicar todo el proceso de crecimiento y desarrollo personal. La actitud que han demostrado algunos concursantes como Juan Manuel, José David, Fabián, con sus 18 años, Eva, Cerezo, Clara, ... para conseguir la victoria final ha sido determinante.
En conclusión, una buena y sugestiva oportunidad de visualizar la importancia que las habilidades personales tienen en el logro de nuestros objetivos. Una oportunidad de ver en MasterChef una verdadera escuela de habilidades con las que nuestro desempeño mejorará y nos permitirá alcanzar y obtener objetivos tan apetitosos como los platos de MasterChef.
En definitiva, MasterChef ha sido un programa en donde las habilidades personales de los participantes han sido las verdaderas protagonistas, las que han determinado el éxito alcanzado, y cuya evolución positiva a lo largo de los tres meses de duración del programa ha sido destacado de forma muy clara por el Jurado. Han puesto de manifiesto una vez más, que el conocimiento no basta, no es suficiente, que hacen falta un conjunto de habilidades personales y de dirección de personas que son necesarias para hacer del conocimiento y la técnica un verdadero recurso.
Otra cuestión fundamental que destaco de MasterChef ha sido la oportunidad de identificar la importancia de la actitud que cada concursante ha demostrado en los sucesivos programas. La automotivación, la capacidad de aprender se convierten en clave para explicar todo el proceso de crecimiento y desarrollo personal. La actitud que han demostrado algunos concursantes como Juan Manuel, José David, Fabián, con sus 18 años, Eva, Cerezo, Clara, ... para conseguir la victoria final ha sido determinante.
En conclusión, una buena y sugestiva oportunidad de visualizar la importancia que las habilidades personales tienen en el logro de nuestros objetivos. Una oportunidad de ver en MasterChef una verdadera escuela de habilidades con las que nuestro desempeño mejorará y nos permitirá alcanzar y obtener objetivos tan apetitosos como los platos de MasterChef.