miércoles, 14 de mayo de 2014

Ya soy cientounero




"Oigo y olvido. Veo y aprendo. Hago y entiendo".
Prof. Manuel Galán Vallejo


Participar en la prueba de los 101 KM 24 H organizada por la Legión en Ronda (10-11 de mayo de 2014) ha sido un experiencia inolvidable. Estoy convencido que una actividad de esta dureza tiene grandes enseñanzas para la vida. Representa en pequeño una gran escuela de virtudes, muchas muy necesitadas en la actualidad. Mi experiencia que comparto se centrará en destacar lo que he visto y vivido. Los 101 de Ronda son una prueba que requiere un buen estado físico, pero sobre todo una alta motivación y fortaleza mental para soportar la dureza y el sufrimiento que requiere. Destaco los siguientes factores:

  • Compañerismo y equipo: Muchos corredores participaban en equipos de cinco. Fue emocionante ver como se iban apoyando mutuamente, esperando al que se retrasaba, al que precisaba alguna cura médica, etc. El compañerismo y la amistad se hacían presente en todo momento. En muchas ocasiones, coincidí con un marchador ciego, guiado por otro marchador. Esto te motiva a seguir. Los ánimos que nos dábamos entre los marchadores eran continuos.
  • Organización: La prueba es un alarde de organización, de servicio, de coordinación, de atención. La complejidad de tener todo dispuesto para más de 7.000 deportistas es un ejercicio de gestión de operaciones y recursos ejemplar.
  • Sufrimiento: Las molestias físicas iban apareciendo. Los dolores musculares, las subidas y bajadas interminables te mostraban un escenario de sufrimiento. Había que aguantar, quedaban muchos kilómetros. A pesar del dolor, te mordías los labios, pero seguías adelante. Se superan los 25 km, luego los 50…. La gran decisión a los 77 km, cuando piensas que ya no puedes más. Una cena reparadora, alguna cura de urgencia, un masaje recuperador de los cuadriceps. Pero decides seguir. Aún queda toda la noche por delante.
  • Estrategia: Una prueba de esta dimensión requiere una estrategia que la haga viable. Tanto de forma previa, en la preparación física y mental necesaria, en disponer del equipo necesario, como durante la prueba, dosificando esfuerzos, entablando conversaciones que te hacen "olvidar" las dolencias, reponiendo fuerzas en los puntos de avituallamientos, etc.
  • Visualización: Como bien dice mi hermano Beni, visualizar la prueba o el objetivo al que nos vamos a enfrentar es muy común en los deportistas de élite. Nos ayuda sobre todo a "sentir" la prueba, más si es en la naturaleza. 
  • Esfuerzo: Los objetivos se consiguen “haciendo”. Esta es una cuestión que en la sociedad actual está mal vista, pues el esfuerzo está poco valorado, vivimos en una sociedad “hedonista”. Superar la prueba, llegar a la meta tras 101 kilómetros requiere un gran esfuerzo.
  • Disfrute y experiencia óptima: En conjunto, esta prueba te hace percibir una sensación de disfrute que Mihaly Csikszentmihalyi denomina "experiencia óptima" No hay mejor manera de denominar lo vivido, sentido y experimentado en todo un día. 
  • Belleza: El paisaje, la naturaleza, el calor, el atardecer, la noche… todo espectacular, el amanecer del nuevo día, el Tajo de Ronda al fondo subiendo la "cuesta del cachondeo"… Una maravilla.

En conclusión, una vivencia espectacular. Una experiencia personal de esfuerzo y superación muy satisfactoria. La emoción me embargó al salir…. y tras 23 horas de pundonor, cruzar la meta entre aplausos, ánimos y ovaciones fue realmente emocionante. Daba igual el tiempo, lo importante era llegar, el esfuerzo y el coraje de superar tantas horas de camino. Una alegría enorme. Hago y entiendo. Para entender esta singular carrera, mezcla de esfuerzo, sacrificio y algo de locura..., hay que vivirla. 

Ya soy cientounero¡¡¡¡