Un diario
publicó el pasado viernes 1 de junio el siguiente titular:
Este es un
ejemplo de la situación política, económica, financiera, social, psicológica
que vive España en la actualidad. Si digo psicológica es porque se ha
generalizado una sensación de pesimismo, de desconfianza en el futuro, en nuestras
posibilidades, que resulta desmoralizador. Además se ha instalado en
determinada prensa nacional e internacional una crítica voraz a la situación
económica española que en nada ayuda a recuperar la confianza. Rumores, bulos, noticias
interesadas, todo cuenta.
Pues esta
situación sombría me ha hecho recordar un diálogo extraordinario de una
película magnífica. Un sensacional ejemplo para visualizar la motivación y el
liderazgo. Se trata de la película Invictus. Invictus es una obra que permite ver
la acción de un líder, su implicación en las cosas pequeñas
que aparentemente no tienen importancia para lograr grandes objetivos. Mandela
ejerce un liderazgo emocional, es decir, tiene capacidad de
comunicación, planifica, establece metas y objetivos,
se apoya en los demás. Es un líder que empatiza con los sentimientos de las
personas, expresa sus emociones y logra conectar con quienes le rodean.
El optimismo y el entusiasmo que demuestra contagia y propicia
el cambio.
* El presidente
Mandela, interpretado por Morgan Freeman, es consciente de que la
nación sigue dividida por las secuelas del Apartheid y que es necesario
unir a la población: blanca y negra.
* Mandela cree
que puede unir al país a través de un lenguaje universal: el deporte. Decide
apoyar al equipo de rugby cuando participa en el Campeonato Mundial en 1995,
a pesar de sus pocas posibilidades de ganar.
El Presidente Mandela en la conversacion con Pienar, el capitán del equipo
de rugby, explica cual es la importancia
de la Motivacion para las personas:
- Dígame
Francois, ¿Cuál es su filosofía a la hora de liderar?, ¿cómo hace que su equipo
se inspire para rendir al máximo?.
- Dando ejemplo,
siempre he pensado que hay que dar
ejemplo, señor.
- Eso es verdad,
una verdad como un templo. Pero, ¿cómo
lograr que sean mejores de lo que ellos creen que pueden ser? Eso es muy
complicado, creo yo. La inspiración
es la clave. ¿Cómo hayamos la inspiración para superarnos cuando no nos queda
otra opción? ¿Cómo hacemos que los demás
también se inspiren? A veces yo creo que a través del trabajo de otros. En Robben Island
cuando las cosas se ponían muy difíciles hallaba la inspiración en un poema.
- ¿Un poema?.
- Un poema
victoriano. Sólo eran palabras, pero me ayudaban a levantarme cuando lo único
que quería era derrumbarme.
- Cuando tenemos
un partido importante en el autobús de camino al estadio nadie habla.
- Ah, claro, se
están mentalizando.
- Exacto, pero
cuando estamos listos, le digo al conductor que ponga una canción que
previamente he elegido y todos conocen. Y escuchamos la letra juntos, …. y
funciona.
- Recuerdo cuando
me invitaron en el 92 a las Olimpiadas en Barcelona. Todo el mundo
en el estadio me recibió con una canción. Por entonces
el futuro, nuestro futuro parecía muy sombrío. Pero al oír
esa canción en las voces de personas de todo el planeta me sentí orgulloso de
ser sudafricano. Me inspiró
para volver y hacer las cosas mejor. Me motivó para
esperar más de mi mismo.
- Puedo
preguntarle que canción era, señor.
- Pues era “N´ Kosi Sikeleli Africa” (Dios bendiga a
África). Una canción
muy inspiradora. Necesitamos inspiración, Francois. Porque para
construir nuestra nación todos debemos superar nuestras expectativas.
Esta
última frase de la conversación entre el Presidente Mandela y Francois Pienar
me hace concluir que la situación española actual requiere ese mismo
diagnóstico: Necesitamos inspiración, necesitamos superar nuestras expectativas
para aspirar a alcanzar metas y objetivos retadores, que nos permita visualizar
hacia dónde ir, que no facilite una toma de decisiones convincente y dirigida a
construir nuestra nación, a esperar más de nosotros, a superar las dificultades
con esfuerzo y determinación, a buscar la excelencia y el trabajo bien hecho, a
trabajar por el bien común y por tanto, el bien de las personas, a asumir el
riesgo y la acción emprendedora como elementos necesarios en el proceso de
creación del bienestar.
En este fin
de semana en el que se anuncian rescates, blandos o dulces, en el que la
sucesión de acontecimientos desbordan las previsiones más pesimistas, en el que
el futuro se nos presenta sombrío, la inspiración, el esfuerzo común por
nuestra nación, requiere lo mejor de cada uno, con los sacrificios necesarios,
superando nuestros temores, expectativas y aspiraciones.
“INVICTUS”
Más allá de la noche que me cubre
negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por mi alma invicta.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el Horror de la Sombra,
la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma.
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por mi alma invicta.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el Horror de la Sombra,
la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma.
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