lunes, 8 de julio de 2013

MasterChef como escuela de habilidades




"El que piense que quiere aprender, sea bienvenido, 
el que piense que lo sabe todo, se ha equivocado de lugar"
Pepe Rodríguez Rey


Ha terminado la primera edición de MasterChef en España. Un programa de gastronomía pero con un formato diferente, novedoso y muy atractivo. El pasado martes 2 de julio se celebró la final, en la que Juan Manuel, Eva y Fabián competían por alzarse con la victoria y un premio muy atractivo. También destacaron Clara, Maribel, José David, Cerezo, etc. Jóvenes y no tan jóvenes que se han enfrentado en una competición por ser el primer MasterChef de España, mediante la elaboración de los mejores platos, evaluados por el juicio inapelable de tres reconocidos chef que actuaban como Jurado.

Me ha gustado este programa. Ha permitido visualizar un conjunto de habilidades que me parecen sumamente interesantes: trabajo en equipo, capacidad de aprender, liderazgo, creatividad, toma de decisiones, resolución de problemas, principalmente. Se agradece ver en televisión programas diferentes, lejos de la mediocridad que la inunda.

El programa desarrolla un formato que me ha parecido sugerente identificarlo como una verdadera escuela de habilidades. Comienza el programa con una prueba de presión, en la que los participantes se enfrentan a elaborar un plato determinado, en igualdad de condiciones, y con el riesgo de que hacer el peor plato implica entrar en la prueba de eliminación, mientras que elaborar el mejor plato supone salvarse de la temida prueba que puede implicar abandonar el programa. En esta prueba de presión, los concursantes deben poner a prueba conocimiento, técnica, creatividad, presentación, gestión del tiempo. Muchas veces las personas nos encontramos en momentos y circunstancias parecidas, en las que saber gestionar adecuadamente esos momentos es una tarea fundamental. Tanto en nuestra vida personal como principalmente en el trabajo, estas habilidades hacen que destaquemos en el desempeño profesional.

El reto creativo es otra prueba, en que a modo de un role playing, los concursantes deben realizar un plato libre pero bajo determinadas pautas o criterios. Una prueba en la que la creatividad es base, pero que se complementa con la toma de decisiones, pues, por ejemplo, deben decidir en tres minutos que ingredientes deben escoger del supermercado para elaborar el plato indicado. Me parece una prueba muy interesante: la toma de decisiones importantes en tan poco tiempo es una realidad en muchos ámbitos profesionales y personales. Y saber tomar las decisiones adecuadas, estar y mostrarse seguro en las decisiones tomadas es muy importante. Es una habilidad que hay que practicar. 

Los mejores platos implican ser el capitán del equipo, debiendo elegir a su equipo. El desempeño de la responsabilidad no es fácil. Exige determinación, capacidad de mando y de organización, por algo a algunos concursantes le suponía un reto difícil, que querían evitar. Pero es fundamental y necesario practicarlo, ejercer como responsable implica un conjunto de habilidades que precisan práctica, mucha práctica y aprendizaje continuo. La percepción del talento en los demás para que entre todos consigamos la mejor realización es una habilidad muy destacada en el responsable de un equipo. Para el concursante que asumía el papel de capitán le suponía saber escoger bien, otra habilidad, para superar la prueba por equipos, y por tanto, salvarse de la prueba de eliminación. Para el que desempeña la función de capitán, de responsable, de líder, se pone a prueba su capacidad de dirigir, de coordinar, de supervisar, de inspirar por conseguir una realización perfecta. En cambio, para el conjunto del equipo, se debe desarrollar una habilidad fundamental: el trabajo en equipo, esa capacidad de trabajar y hacer que los demás trabajen, colaborando unos con otros, habilidad que es tan importante en las empresas y... en las cocinas. Me parece muy interesante cuando el capitán debe decidir la asignación de platos a miembros concretos del grupo, considerando la dificultad de cada plato y la competencia de cada miembro del equipo.

La caja misteriosa. Esta prueba presenta a los concursantes afrontar con una serie de ingredientes preseleccionados el reto de elaborar un plato determinado previamente por el Jurado, pero cuya realización han de ejecutar individualmente, poniendo a prueba sus conocimientos, la experiencia y práctica previa, la gestión de un tiempo siempre limitado y escaso, la decisión de cómo elaborar el plato, con que variaciones, la forma de emplatar y presentarlo al Jurado.


Prueba de eliminación. Esta es la prueba final, de donde sale el concursante que es expulsado del concurso. Los concursantes que participan en esta prueba deben elaborar un nuevo plato cuya realización será la que determine a criterio del Jurado quien deberá abandonar MasterChef. Una prueba que hace trabajar a los concursantes en condiciones de gran tensión, sometidos a circunstancias aún más difíciles en donde desplegar adecuadamente las habilidades de toma de decisiones, (tienen 3 minutos para escoger los ingredientes en el supermercado), creatividad e innovación para elaborar el plato, gestión del tiempo, etc., es una cuestión capital.

En definitiva, MasterChef ha sido un programa en donde las habilidades personales de los participantes han sido las verdaderas protagonistas, las que han determinado el éxito alcanzado, y cuya evolución positiva a lo largo de los tres meses de duración del programa ha sido destacado de forma muy clara por el Jurado. Han puesto de manifiesto una vez más, que el conocimiento no basta, no es suficiente, que hacen falta un conjunto de habilidades personales y de dirección de personas que son necesarias para hacer del conocimiento y la técnica un verdadero recurso.

Otra cuestión fundamental que destaco de MasterChef ha sido la oportunidad de identificar la importancia de la actitud que cada concursante ha demostrado en los sucesivos programas. La automotivación, la capacidad de aprender se convierten en clave para explicar todo el proceso de crecimiento y desarrollo personal. La actitud que han demostrado algunos concursantes como Juan Manuel, José David, Fabián, con sus 18 años, Eva, Cerezo, Clara, ... para conseguir la victoria final ha sido determinante.

En conclusión, una buena y sugestiva oportunidad de visualizar la importancia que las habilidades personales tienen en el logro de nuestros objetivos. Una oportunidad de ver en MasterChef una verdadera escuela de habilidades con las que nuestro desempeño mejorará y nos permitirá alcanzar y obtener objetivos tan apetitosos como los platos de MasterChef.





lunes, 1 de julio de 2013

Desarrollar habilidades: una oportunidad para mejorar



"Sé amable con todos, sociable con muchos, íntimo con pocos, amigo de uno y enemigo de nadie"
Benjamin Franklin

Un tema apasionante del que hoy nos ocupamos. Ya hemos tratado el tema de las habilidades en otras ocasiones, como cuando nos referíamos a éstas como un componente destacado en la fórmula de la actitud. Entonces decíamos, siguiendo a Kuppers, que los conocimientos son importantes pero no suficientes, que necesitamos las habilidades para ponerlos en valor. Pero lo que realmente cuenta en lo que la persona llega a ser es la actitud, por eso no suma, sino que multiplica.

Efectivamente las habilidades son un componente fundamental en lo que hacemos y lo que logramos. Me gusta identificarlas como una oportunidad para mejorar. En el ámbito laboral, las habilidades personales y directivas se constituyen en una verdadera palanca que toda persona debe poseer y que su desarrollo le impulsa a desplegar su verdadero potencial de liderazgo personal.

¿Qué hacen las empresas respecto a las habilidades? Pienso que ésta es una asignatura pendiente. Las empresas han estado décadas considerando el conocimiento como el paradigma determinante. Se seleccionaba por el conocimiento que se acreditaba no por la capacidad de aplicarlo. En este aspecto es relevante cómo en  la Administración Pública el conocimiento concreto en un temario se ha convertido en casi el único instrumento de selección, obviando de forma abrumadora otros elementos decisivos, como las habilidades y las competencias.

Afortunadamente las cosas están cambiando. Las empresas comienzan a seleccionar por competencias, se valoran los aspectos actitudinales. Se vislumbra un mayor reconocimiento a las habilidades personales y directivas. Recuerdo hace más de 25 años cuando estudiaba Empresariales. Las habilidades apenas formaban parte del acervo de conceptos que utilizábamos. Hoy Habilidades de Dirección es una asignatura obligatoria en el Plan de Estudios de muchas carreras universitarias.


La importancia que las habilidades personales y directivas encierran radica en que permiten identificar ámbitos de mejora para aquellas personas que consideran que no las han desarrollado suficientemente. Así mismo para otras puede servir de permanente recordatorio para el que, aún con el convencimiento de que se dispone de amplia experiencia, siempre se puede avanzar, mejorar, perfeccionar.

Desarrollar habilidades nos da confianza en lo que hacemos, ampliamos nuestra zona de seguridad, la siempre fascinante zona de confort, aquella en la que nos sentimos seguros, confiados, en la que los hábitos, aquel comportamiento que repetimos sin apenas esfuerzo ni raciocinio, y que generalmente aprendemos, se afianzan. Lo que me parece más interesante es que a través de las nuevas habilidades que aprendemos o desarrollamos se amplían nuestros límites y, por tanto, nuestro potencial.

Pero, ¿a que nos referimos con el concepto habilidad? El siempre rico castellano nos muestra algunas acepciones que nos interesan:
  • Grado de competencia de una persona frente a un objetivo determinado.
  • Aptitud innata o desarrollada.
  • Destreza para ejecutar una cosa o actividad.
El Diccionario de la Real Academia Española define habilidad como la "capacidad y disposición para algo". Pues bien, en las empresas esa capacidad y disposición para hacer se convierte es una parte fundamental para el desempeño laboral. Las empresas necesitan personas con capacidad y disposición para desarrollar las múltiples funciones que deben realizarse eficazmente. Así nos encontramos con diferentes clasificaciones de habilidades:
  • Habilidades personales, aquellas que hacen referencia a nuestro ámbito personal, en donde la autodirección marcará nuestro comportamiento. Aquí encontramos habilidades tan importantes como la toma de decisiones, nuestra capacidad de aprender, la gestión del tiempo, nuestra inteligencia emocional y la gestión del estrés, la estrategia y desarrollo personal, el desarrollo de la visión, la automotivación, etc.
  • Habilidades con otras personas, aquellas que se refieren a nuestra relación con los demás. Por ejemplo, destacan en este grupo de habilidades, la comunicación, una habilidad fundamental, que me gusta referirme a ella como "transversal", pues ¿qué hacen las personas que no sea a través de la comunicación?; la negociación, el trabajo en equipo, la asertividad, la gestión del jefe, la resolución de conflictos, etc.
  • Habilidades de dirección de personas. Finalmente este grupo de habilidades son las que mayormente se han identificado con las habilidades directivas, puesto que hacen hincapié precisamente en eso, en la capacidad de dirección de otras personas. Podemos incluir en este grupo a la motivación, el desarrollo de personas, el coaching, la gestión del talento, y por supuesto, el liderazgo, entendido como un proceso de influir en las personas y apoyarlas para que trabajen con entusiasmo en el logro de objetivos comunes.
Desde esta perspectiva, el enfoque que están tomando las habilidades directivas en la actualidad encaja mejor con personas generosas, llenas de confianza, creadoras de proyectos donde todos crecen y están dispuestas a ponerse al servicio de los demás.

Para desarrollar las habilidades podemos trabajar en los siguientes ámbitos:
  1. Mejorar nuestro autoconocimiento, aquel que nos permitirá descubrir puntos fuertes y puntos débiles.
  2. Desarrollar una estrategia personal que nos facilite identificar y definir nuestros objetivos personales.
  3. Aprender métodos de trabajo que faciliten nuestro desarrollo profesional.
Para terminar, las empresas deben ser conscientes que los determinantes del desempeño laboral responden a los siguientes parámetros:
Desempeño laboral es el resultado de la  habilidad y la motivación, donde habilidad sería el producto de la aptitud (habilidades y destrezas innatas que la persona aporta a un trabajo), la práctica constante y los recursos técnicos disponibles (nuestros conocimientos) y finalmente la motivación es el deseo y el compromiso por conseguir algo. 
Por tanto, podemos concluir destacando la importancia estratégica que para las empresas y las personas tiene el desarrollar habilidades, una oportunidad de mejorar los resultados, de alcanzar los objetivos propuestos, de ampliar nuestra zona de satisfacción personal.