sábado, 28 de mayo de 2016

Política para gobernar




"El futuro de la humanidad no está únicamente en manos de los grandes dirigentes, las grandes potencias y las élites. Está fundamentalmente en manos de los pueblos, en su capacidad de organizarse y también en sus manos que riegan con humildad y convicción este proceso de cambio"
Papa Francisco


A principios de año escribía refiriéndome a la necesidad de acuerdo entre los partidos políticos, como la conclusión más evidente que ofrecía el resultado de las elecciones generales celebradas el pasado 20 de diciembre. Desgraciadamente mis anhelos y deseos de ver cómo la madurez de la democracia española producía un acuerdo de gobierno, no se vieron cumplidos. 

Ahora, la partida se repite, unas nuevas elecciones ofrecen una nueva oportunidad para la responsabilidad. El prof. Pérez Alcalá se refería recientemente al aburrimiento de la política española, que ofrecía las mismas caras y políticas. Yo creo que al margen de aburrimientos, que también, la política es una función muy noble y de muy alta consideración como para hacerla reducir a las personas  y partidos que la representan. La política es un arte que requiere rigor y preparación, principios, valores y una gran capacidad de servicio. Requiere personas comprometidas y competentes.

La política actual no está ajena a la influencia de una sociedad en constante transformación. Problemas de gran complejidad requieren decisiones consistentes y audaces en muchos ámbitos: actividad económica, emprendimiento, desempleo, servicios sociales, sanidad, educación, etc. La complejidad de la sociedad, que demanda servicios públicos eficaces, requiere de los políticos un uso eficiente de los recursos económicos disponibles, que son siempre escasos.

Una sociedad sometida a grandes desafíos: de tipo social, como la marginación de colectivos que no pueden acceder a un trabajo; de tipo económico, como el desempleo y la falta de oportunidades para afrontar un proyecto de vida; de tipo territorial, como los generados por un nacionalismo radical, que reniegan de España, etc. Para hacer frente a dichos desafíos, la política deberá promover una actividad económica basada en un orden moral que ayude a comprender y a respetar el ser humano; a comprender la realidad y aportar soluciones y respuestas a los graves problemas socioeconómicos que tiene la sociedad actual; a reconocer la necesidad de que la vida económica y social se apoye en la verdad del ser humano y en su dignidad, y a valorar las diversas propuestas éticas que inciden en la vida económica aportando relaciones auténticamente humanas.

Estos enormes desafíos requieren de personas competentes y capaces, que deberán desplegar habilidades que resultan imprescindibles para afrontarlos con la solvencia necesaria: 
  • El desarrollo de la visiónHabilidad que consiste en la capacidad de definir el camino al cual se dirige la nación a largo plazo y sirve de rumbo para orientar las decisiones estratégicas de crecimiento y de competitividad, y que es de gran relevancia para un político. Debe tener una idea de España, que constituye el horizonte sobre el que abordar la toma de decisiones. Construirá un proyecto a largo plazo que oriente y sirva de guía en la acción de gobierno.
  • Toma de decisiones: Habilidad entendida como la capacidad de dar soluciones a problemas detectados, emprendiendo las acciones correctoras con sentido común, sentido del coste e iniciativa. Un político debe tomar decisiones importantes y de gran transcendencia sobre las personas. Decisiones que muchas veces son controvertidas, discutidas, costosas y duras, pero que la acción de gobierno lo exige de forma continua. Un político con valor no se inclina exclusivamente por las decisiones fáciles, sino que afronta las decisiones comprometidas con rigor, análisis, competencia, sabiendo explicar las consecuencias.
  • Optimización de recursos: Considerada como la capacidad de vigilar la rentabilidad de las acciones y controlar los tiempos consumidos por subordinados en realizar tareas o proyectos, esta habilidad tiene en la actualidad una gran importancia, fundamentalmente por encontrarnos en un contexto de escasez de recursos a nivel nacional e internacional. El político debe priorizar el uso eficiente de sus siempre escasos recursos económicos, imprescindibles para una innumerable lista de actividades de gran transcendencia para los ciudadanos en particular y la sociedad en general.
  • Liderazgo: Habilidad de gran actualidad que implica la capacidad de influir en otros y apoyarlos para que trabajen con entusiasmo en el logro de objetivos comunes. Para un político, el liderazgo puede ser ejercido desde muchas perspectivas. El liderazgo, un concepto poliédrico, para un político no debe limitarse a la capacidad de comunicar, sin despreciar la importancia que tiene en una sociedad tan mediatizada por los medios de comunicación. Otras caras de ese poliedro, estaría la capacidad de influir sobre otras personas. Me gusta la propuesta de Sonnenfeld que propone un liderazgo ético, que será la base de un nuevo modelo de liderazgo, basado en la sabiduría de decidir bien.
Como el líder, el político nace y se hace, por lo que el arte de gobernar a las personas puede aprenderse y perfeccionarse. Para ello el político requiere vocación, aunque lleve aparejada la ambición y la vanidad. También requiere fortaleza para saber estar en política, que le permitirá manejar adecuadamente la capacidad de negociación, la capacidad de aprender de todos y de todo, incluso del adversario político, y mucha inteligencia emocional, que le haga sortear las enormes dificultades que se encontrará en su acción de gobernar. Y todo ello, con integridad, que es la base de la honradez de las personas.


sábado, 21 de mayo de 2016

Soñar en grande



"No hay que tener límite para la grandeza, pero hay que concentrarse en lo pequeño"
San Ignacio de Loyola


El Padre Jorge, en la magnífica película de recoge la vida del Papa Francisco, dice en una de las escenas dirigiéndose a los jóvenes que "hay que tener una pasión en la vida", añadiendo a continuación la cita de San Ignacio que encabeza esta entrada: "No hay que tener límite para la grandeza, pero hay que concentrarse en lo pequeño". Que importante es soñar, ponerse metas, objetivos retadores, pero sin olvidar el hoy, el presente, la montaña que estas subiendo, sabiendo que cuando la corones, luego viene otra... Pienso que se trata de tener una actitud personal, Pilar Jericó habla de la fuerza de tu determinación, que te permite identificar un propósito de vida y dedicar el día a día a concretarlo. Esto hace renacer esa pasión que estaba relegada y promueve que la vida se viva de otra manera. Aparece la ilusión. 

Mi hijo Manuel me contaba recientemente que el Rector Mayor de las Escuelas Salesianas en su visita a Córdoba, terminaba el tradicional "Buenos días" salesiano  invitando a los jóvenes a "soñar en alto", a lo grande, a no ponerse límites. Encontrar sentido y finalidad en la vida, intentar desarrollar al máximo el potencial de tus fortalezas y capacidades, es un elemento fundamental para llegar a conseguir lo que anhelamos, lo que soñamos, lo que nos hace feliz.

Estas reflexiones del Papa Francisco y del Rector de Salesianos me permiten traer a colación una habilidad con la que está muy relacionada. Me estoy refiriendo a la habilidad de Desarrollo y estrategia personal, que se puede definir como la capacidad de evaluar con frecuencia y profundidad el propio comportamiento, reconociendo tanto los aciertos como los errores personales, desde una autocrítica permanente. Cuando nos conocemos bien a nosotros mismos, estaremos en disposición de aprovechar mejor nuestros esfuerzos, no decaer ante nuestros fracasos y manifestarnos comprensivos con los demás.

Todo esto me lleva a destacar una faceta a tener muy en cuenta: el autoconocimiento. Dice la cita bíblica que “aquellos que se conocen a sí mismos, son sabios” (Libro de los Proverbios). Por tanto, la sabiduría del “conócete a ti mismo” consiste en vernos tal como somos, sin doblez ni engaño, siendo sinceros con nosotros mismos. Para ello es necesario aprender a descubrir nuestra misión personal, a través del autoconocimiento y saber articular una estrategia firme y eficaz. Víctor Frankl, neurólogo austríaco, autor del extraordinario libro "El hombre en busca de sentido", afirma que “nuestra misión en la vida no la inventamos, sino que la detectamos: toda persona tiene su propia misión o vocación específicas en la vida… En ellas no puede ser reemplazada, ni su vida puede repetirse. De modo que, la tarea de cada uno, es tan única como su propia oportunidad específica para llevarla a cabo”. Por eso, el autoconocimiento nos hace percibir que cada vez que obramos porque nos apetece o porque nos resulta menos costoso en vez de inclinarnos por lo que es mejor, aumenta nuestra debilidad; mientras que cada vez que actuamos conforme a nuestros valores aunque no sea lo que más nos apetece, nos hacemos más fuertes.

El diseño de la propia estrategia profesional se erige así como en una especie de salvavidas, que cualquier persona deberá tener en reserva para superar las tormentas que más tarde o más temprano pero con certeza, pueden invadir sus territorios personales. Es imprescindible valorar adecuadamente  el diseño de la propia estrategia personal. Hay dos alternativas opuestas: ejercer el gobierno desde la propia trayectoria personal y profesional, o dejarse llevar por las circunstancias o deseos de los demás. Para ello es decisivo desarrollar una actitud necesaria para darse cuenta de que los logros de una vida llena de plenitud y felicidad no están relacionadas con el tener.

Mi reciente participación en la fabulosa prueba de los 101 KM 24H de la Legión en Ronda (la imagen de la entrada está tomada allí), me hace valorar aún más la importancia de que la determinación y el soñar en grande, te hace llegar más lejos. Una experiencia fantástica. Cuando uno lo da todo no debe haber cabida a la frustración, aunque no se termine la prueba. Ni aquellos que por segundos no entraron en el tiempo máximo (24 horas) ni aquellos otros que tuvieron que abandonar por cualquier motivo. La grandeza está en la entrega.

Soñar en grande hace que valoremos menos las palabras, que se las lleva el viento, y valoremos más los buenos hábitos que nos perfeccionan como personas. Para concluir, y siguiendo a Mario Alonso Puig, que resume magistralmente el sentido de soñar en grande:
Lanza tu corazón que el resto lo seguirá. Pero no basta lanzar el corazón. Tienes que tener una estrategia. Un plan de acción. No has de buscar el plan de acción ideal. El mejor plan de acción es el que se ejecuta. Un plan de acción. Una descripción de lo que vas a hacer. Y actúa en pequeño. Poco a poco. Pero cada paso que des en tu vida, hazlo pensando que te va a llevar a tu sueño y verás como el futuro te elevará en el presente.”

domingo, 8 de mayo de 2016

Liderazgo invisible



"Solo se puede ver desde el corazón. Lo esencial permanece invisible para el ojo"
El principito. Antoine de Saint-Exupéry


La empresa actual se desarrolla en un contexto de gran incertidumbre y riesgo, a imagen de las sociedades en las que está inmersa, alcanzando niveles nunca vistos de complejidad y dinamismo. Las nuevas tecnologías de la información, que han democratizado enormemente el conocimiento, facilitan que esta realidad sea constantemente cambiante, generando que los modelos tradicionales de liderazgo, no resulten suficientes para responder a las necesidades de las organizaciones, y en última instancia, de los ciudadanos. La necesidad de adaptación y adecuación al cambio, hacen necesario sustituir esos modelos tradicionales de liderazgo, de forma que respondan a las inercias complejas que imperan en materia organizacional, basadas en menores niveles jerárquicos y mayor participación; por otros liderazgos más ajustados a una problemática diversa y compleja, en el que la capacidad de influenciar y desarrollar personas será la clave del aprendizaje organizacional. Tratar de esa capacidad es hablar de liderazgo, pero en esta ocasión me voy a centrar en otros liderazgos: el liderazgo invisible.

El liderazgo invisible se hace presente en las organizaciones, cuando el capital humano es reconocido como verdadero activo, brindándole las mejores herramientas para hacer frente a un entorno cambiante, y siempre incierto. El liderazgo invisible, es ante todo una realidad que la empresa actual debe saber alentar e impulsar en el necesario desarrollo del capital humano. El liderazgo invisible es aquel que no se ve, aquel que deja hacer. Que hace y deja que las cosas sucedan hacia el logro de objetivos que se  comparten y comprometen. La excelencia de un líder se mide por la capacidad de transformar dificultades en oportunidades, a través de la participación y el compromiso de todos. La experiencia personal y profesional, permite conocer a líderes invisibles, aquellos que han dejado huella, que han hecho profundizar y perfilar las cualidades que definen el presente, para mejorarlas en el futuro, líderes que manejan con una mano izquierda exquisita la habilidad de desarrollar personas.

Me gusta denominarlo liderazgo invisible, pues su característica diferenciadora es que se se trata de personas cuya presencia e influencia apenas se notan en las situaciones concretas que se viven en las empresas y organizaciones. Su liderazgo se basa en lo que hacen, y sobre todo, en el ejemplo y la integridad, que son señas de identidad de su comportamiento. Todos recordamos compañeros que han ejercido un liderazgo influyente, o familiares de los que hemos recibido grandes enseñanzas, o incluso recordamos a profesores inolvidables, tanto de la escuela básica, en el bachillerato o en la Universidad. Personas que han dejado una huella en nosotros gracias a su liderazgo invisible, su capacidad de hacer y de mostrar su saber: orientar a resultados, trabajar en equipo, liderar, cooperar, etc. 

Repasar los líderes invisibles que hemos conocido es probablemente identificar el liderazgo más exquisito:
  • Su presencia e influencia apenas se notan, pero actúan y hacen que otras hagan su trabajo queriendo. Una manera de influenciar que hace descubrir nuevos intereses y valores, y que hace crecer y desarrollar a las personas. 
  • Desarrolla lo mejor de las personas, gracias a un liderazgo especial.
  • Es liderazgo de autoridad moral y personal, no de poder formal.
En definitiva, el liderazgo invisible impulsa el crecimiento personal y recompensa con un salario emocional de gran importancia para las empresas, que es el que satisface a la persona, puesto que pone en valor nuestras mejores capacidades, y que ayuda a construir el mejor perfil de capacidades y habilidades para un desempeño eficaz de nuestras responsabilidades.