jueves, 24 de enero de 2013

En busca del talento dormido



"Todos nacemos con talento, sólo la voluntad nos hace estrellas"
Anónimo


La crisis económica está replanteando muchas cosas. En estos tiempos de tribulación como sociedad, las empresas tienen una oportunidad magnífica de valorar el verdadero potencial que las personas encierran. Así la búsqueda del talento en las empresas se ha convertido en una cuestión de gran transcendencia. Buscar el talento es adentrarnos en lo mejor de uno mismo. Por eso no exagero cuando afirmo que todos tenemos talento. La cuestión es si sabemos identificarlo y desarrollarlo, si sabemos descubrirlo.

Identificar el talento se muestra fundamental en los tiempos actuales, tanto a nivel personal como profesional. Resulta esencial para afrontar con motivación y éxito nuestra carrera profesional y la aventura de vivir. A mis alumnos de Habilidades de Dirección les suelo destacar la importancia del autoconocimiento como un aspecto fundamental en el desarrollo de nuestra estrategia personal. Conocerse a uno mismo es un proceso que te lleva a descubrir el talento que llevamos dentro.

El talento afecta a toda la persona en su conjunto. Por ello es capacidad, habilidad, aptitud y destreza para hacer algo, para el desempeño de una actividad. Las empresas, sus responsables, estarían ciegos si no valorasen como estratégica esta cuestión. Por eso no entiendo esas empresas que se olvidan de estos aspectos, que descuidan fomentar un estilo de liderazgo capaz de sacar lo mejor de los miembros de los equipos.

Descubrir nuestro talento dormido nos permite encontrar nuestro lugar en el mundo y de esta forma, poder construir nuestra propia vida al servicio de tus ideales y sueños. En este sentido, es muy importante saber utilizar técnicas que nos muestren pautas a seguir o bien encontrar personas que a través de la metodología del coaching, nos interpelen a través de las preguntas poderosas, para descubrirnos a través de un conocimiento mayor de uno mismo.

El talento ha sido siempre una cuestión considerada como primordial desde hace mucho tiempo. Una referencia muy conocida por todos es la evangélica parábola de los talentos que tantas veces hemos escuchado. "...A uno dió cinco talentos, a otro dos, y a otro, uno. A cada uno dio conforme a su capacidad y se fue lejos." 

Los talentos mencionados en la parábola no sólo representan el dinero, o las cosas materiales, sino también las cualidades y la capacidad que todos llevamos dentro. Vendría a representar el talento que puede estar dormido, pero que mostrará todo su potencial en la vida si sabemos identificarlo y desarrollarlo. Las personas no somos iguales. Cada persona es diferente. Unos nacen en la abundancia (5 talentos) y otros lo hacen en la escasez (1 talento). Pero en la vida, como en la parábola, lo importante no es lo que tenemos sino lo que hacemos con lo que tenemos. Si volvemos a la parábola, el Señor que reparte los talentos, Dios,  felicita por igual al que recibió cinco talentos (y los convirtió en diez) como al que recibió dos (y los convirtió en cuatro). Ambos supieron identificar y desarrollar los talentos recibidos. Se trata por tanto, de ponerlos en valor y sacar de ellos lo máximo que tus posibilidades te permitan. Consigas lo que consigas estará bien, siempre y cuando hayas dado lo mejor de ti para conseguirlo. En cambio, el que esconde o no aprovecha  sus talentos, no encontrará la satisfacción personal de lograr aquello que forma parte de su ser. 

En el interesante libro "Arqueología del talento", Alberto Sánchez-Bayo nos da algunas pistas de cómo descubrir o identificar el talento. Me parecen argumentos que invitan a prestar atención en aquello que es verdaderamente importante en nuestras vidas:
  • Sentir estar destinado para algo.
  • Sueños que nos proporcionan vitalidad y acción. 
  • Los logros, los éxitos, las metas alcanzadas. 
  • Frases que recibimos que nos ensalzan una cualidad sobresaliente. 
  • Actividades de ocio como juegos, deportes, manualidades, etc. 
  • Imágenes que le agradan de usted mismo. 
  • Personas, cosas o situaciones que sin saber porqué ocupan un lugar preferente en la memoria. 
  • Decisiones buenas que hemos tomado sin motivos razonables. 
  • Las cosas pendientes de hacer.

Cuando las personas tenemos más habilidades que desafíos nos aburrimos, nos sentimos infrautilizados, nos sentimos frustrados. Por contra cuando las personas tenemos más desafíos que capacidades caemos en la ansiedad, no nos sentimos capacitados, podemos incluso llegar a perder la confianza en nosotros mismos. Por todo ello, considero que descubrir nuestro talento dormido es clave y debemos considerarlo como realmente decisivo en nuestras vidas. Darle la importancia que requiere es una cuestión decisiva. El resultado puede ser alcanzar la plenitud de una vida lograda. Alcanzar la fluidez, que decía Mihaly Csikszentmihalyi, en su clásico libro "Fluir (Flow): una psicología de la felicidad", que lo definía como un estado en el que la persona se encuentra completamente absorta en una actividad para su propio placer y disfrute, durante la cual el tiempo vuela y las acciones, pensamientos y movimientos se suceden unas a otras sin pausa.

Despertar a nuestro talento dormido es trabajar por la riqueza personal que nos proporcionará capacidad y motivación en el logro de las aspiraciones personales. Y el resultado será una vida lograda.
 


5 comentarios:

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  2. A mis diecinueve años de edad, me he planteado muchas veces; ¿cuál será esa habilidad en la que destaco (si es que desataco en algo)? y ¿cómo puedo conocerla?. Estoy convencido que alguna virtud he de tener, por ejemplo, desde que era pequeño tenía la capacidad de convencer a la gente con palabras... puede que esta sea mi habilidad, pero, ¿y cómo se que no poseo otra cualidad que pueda desarrollar más plenamente?.Entonces, vuelvo al principio de mi reflexión, busco la forma, y no la encuentro... a pesar de no sacar nada claro, no tiro la toalla y sin darme cuenta llegue a pensar que he dedicado muchísimas horas en intentar encontrarla, ¿puede que sea la constancia y el esfuerzo?, es más, y si a través de esta, ¿puedo descubrir otra? (vuelvo a empezar de cero), puedo pasarme así horas, por ello, haciendo alusión a unas palabras de Francisco Umbral que decían: "El talento, en buena medida, es una cuestión de insistencia"... seguiré buscando hasta creer encontrar lo mejor de mi, quizás necesite determinadas experiencias (laborales, personales...) que aun desconozco que me permitirán dar con la solución a mi búsqueda.

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  4. Gracias por tu comentario José María. Comentas cosas muy sensatas, lo cual dice mucho de ti. Pienso que el descubrimiento del talento es a través de un proceso de autoconocimiento personal. Las pistas que indico en la entrada nos pueden ayudar a ir acercándonos al talento en ese proceso progresivo. Creo que hay una clave. Percibir que lo que haces te llena, te gusta y disfrutas. Eso que te haga más feliz, más satisfecho, es una inequívoca señal de que ese es el camino a seguir. Hay otra pista que para mi es fundamental: la pasión con la que hacemos las cosas, descubrir que cosas te hacen desplegar tu mayor motivación. Blaise Pascal decía que "la pasión convence". Pues eso, el talento lo descubrimos cuando estamos en lo más alto de la escala de Maslow, cuando nos sentimos realizados, cuando el esfuerzo del trabajo, del deber, no cuenta. Es un proceso en el que debes estar atento a los mensajes que recibimos, para saber "leerlos", interpretarlos adecuadamente. Saludos.

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  5. Gracias por su respuesta Don Francisco Javier, después de todo lo que le comente en el correo, esa fue la reflexión que pude hacer. A medida que descubra algo nuevo, se lo comentaré aquí. (Le he escrito con diferentes cuentas de correo, el primer comentario era el mio.)

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