Desde que hace
cuatro años la Selección Española de Fútbol ganara la Eurocopa 2008 mucho se ha
comentado y escrito de las virtudes de este equipo de leyenda. Leyenda que se
agrandó considerablemente cuando en el 2010 triunfa nuevamente consiguiendo la
Copa del Mundo. Y ha continuado, con un éxito que es histórico,
repitiendo el triunfo en la Eurocopa de 2012, que tan brillantemente pudimos
disfrutar el pasado domingo. Toda una fiesta. Una gran alegría colectiva.
Desde
entonces, los valores y logros obtenidos por la Selección Española ha sido
glosados desde muchas perspectivas, deportivas y no tan deportivas. Me voy a
detener en esta última perspectiva, es decir, las enseñanzas, que al margen de
los puramente futbolísticos, que ya pudimos ver frente a Italia que son muchas,
hay otras que me interesan destacar y que este equipo de brillantes deportistas
han sabido demostrar sabiamente.
El caso es que
si analizamos los resultados de estos cuatro magníficos años, muchos factores
determinantes se han visto aplicados. Así vemos como
el tipo de liderazgo del entrenador, tanto de Luis Aragonés como, sobre todo, de
Vicente del Bosque, así como de todos los jugadores, ha sido desarrollado con características muy específicas.
Un liderazgo basado en la generosidad.
Hay un equipo, y con independencia de quien decida jugar, todos están a una.
Frente al egoísmo, la generosidad. El pase de Torres a Mata en el cuarto gol
frente a Italia, que le hubiera supuesto ser el pichichi del torneo, es un
claro ejemplo. Las palabras de Mata al abrazar a Torres son elocuentes: “Es
tuyo, es tuyo”. La actitud desarrollada, basada en el trabajo en equipo, en el
apoyo mutuo y en la complementariedad, son otros factores explicativos de este liderazgo basado
en la generosidad.
Por otra
parte, ha sido decisivo que el liderazgo desarrollado afianzara la confianza mutua y en las posibilidades como equipo.
Los que hemos sido futboleros desde pequeños, nos hemos acostumbrado, como
sufridores colchoneros, a ver sufrir a la Selección Española, campeonato tras
campeonato. Tan sólo alegrías como el 12-1 frente a Malta mantenemos en nuestra memoria. La confianza en su estilo de juego, en sus habilidades técnicas, ha sido clave.
Así la confianza ha ido creciendo y asentándose en su manera de afrontar los
partidos. Sin confianza en uno mismo, sin confianza en las posibilidades como
grupo de personas, como equipo, no hay éxito. Y todos pudimos disfrutar el
pasado domingo de una final !tranquila¡ apta para cardíacos, disfrutando del
partido. Los jugadores, el entrenador, los suplentes irradiaban confianza. Y
así todo es posible.
Por otra
parte, otro de los factores que determinan el liderazgo desarrollado por La
Roja ha sido la actitud de servicio y la
humildad. Todos recordamos a periodistas comentar la gesta de este grupo de
personas, y la característica común es la de la humildad, son “chicos normales”
decían. Y del entrenador, se dice y se puede ver, que transmite una sensación todo lo contrario a personas
egoístas e interesadas en su éxito personal. Trabajan por y para el equipo. No
se consideran especiales, sino que defienden una y otra vez, que estos éxitos
son el resultado de mucha dedicación, esfuerzo y trabajo previo. Ver a Pepe
Reina, haciendo de jefe de ceremonias, en las celebraciones tras los triunfos, sin haber jugado un solo minuto, es otra prueba más de la actitud de servicio que impera en este equipo. Todos a
una a servir y a aportar lo mejor de cada uno, y Pepe Reina, es el mejor en eso
de animar la fiesta. Además las presentaciones que hace de cada compañero, son
otra prueba más de cómo un liderazgo basado en las personas facilita y
desarrolla el potencial de talento que todos llevamos dentro.
Finalmente ha
sido un liderazgo basado en la conquista
de conseguir grandes objetivos. La conquista crea relación desde el origen,
donde todos quieren participar en un proyecto común. La Roja de estos años, es
más que un equipo de fútbol. Todos quieren participar. Recordemos a Villa y
Puyol, que por lesión no han podido participar, y el pasado domingo, quisieron
estar en el estadio. Y Vicente del Bosque fue a buscarlos para que saltaran al
campo y participaran de la celebración. Todos tienen un lugar en la Selección y
Del Bosque ha sabido darles juego sabiamente.
Y como
excelentes líderes, han sabido transformar toda esa energía concentrada en un
equipo, en energía colectiva de toda una nación que pierde sus miedos y recelos
y sale a la calle orgullosa de su selección, de su bandera y de su país. Gracias
Selección. !!!Vamos España¡¡¡. A conquistar nuevos triunfos.
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