lunes, 7 de abril de 2014

Engagement: cuando el trabajo te llena



”Lo que uno tiene, uno debe de usar: y cualquier cosa que una persona haga,  lo debe hacer con todas sus fuerzas.” 
(Marco Tulio Cicerón)

Entre los muchos conceptos que van apareciendo en el apasionante mundo de los recursos humanos, encuentro uno que me parece muy sugerente: "engagement". Es un término de moda que puede traducirse como compromiso o implicación, nada nuevo, por tanto. Se suele definir como el compromiso emocional que el empleado tiene con la organización y sus objetivos. En el ámbito de las relaciones laborales, se identifica con el esfuerzo voluntario que realizan los trabajadores, sin contrapartida, por el mero gusto de mejorar su desempeño. Por ello, un trabajador engaged es un trabajador comprometido o implicado con su trabajo y con su empresa, aún más, es una persona que está entusiasmada con su trabajo. Que interesante esta perspectiva desde las políticas de recursos humanos. Encontrase con trabajadores de este tipo es un verdadero lujo. Desde mi experiencia personal,  puedo decir que estos trabajadores existen y que son una baza para la empresa tenerlos, y qué importante saber cuidarlos y gestionarlos, para poder aprovechar su potencial. Sobre todo, destacaría que la empresa evite "quemarlos", cansarlos, en el sentido de que "vean" que su esfuerzo al final no es valorado ni tenido en cuenta, para lo cual es muy importante desarrollar políticas orientadas a premiar y reconocer ese esfuerzo y dedicación. 

La literatura sobre esta materia presenta que los trabajadores que experimentan engagement se muestran más activos y enérgicos y se vinculan a sus actividades laborales con mayor facilidad. Además se sienten capaces de responder a las demandas de su puesto de trabajo, por lo que el estrés bueno, el eustrés, aparece como un aliado más. Otras características de estos trabajadores pueden ser las siguientes:
  • Afrontan la jornada laboral sin mirar el reloj, con energía y dispuestos a aplicar sus conocimientos y desarrollar sus capacidades. 
  • Se comprometen con sus tareas implicándose en cada momento. 
  • Disfrutan con su ejecución y con los resultados obtenidos, procurando siempre mejorarlo.
  • Experimentan emociones placenteras de plenitud y autorrealización. 
Son numerosos los estudios que se han ocupado del compromiso, la satisfacción y la implicación de los trabajadores. Las conclusiones son determinantes, pues cuando las empresas cuentan con trabajadores que se sienten apreciados y reconocidos, las consecuencias son evidentes: mayor productividad, mayor lealtad y mayor seguridad. Por todo ello, considero que cuando el trabajo te llena sientes vigor por lo que haces, superas las dificultades porque el esfuerzo cuesta menos; sientes el trabajo como un desafío al que merece la pena dedicarle lo mejor de uno, lo que produce sentimiento de orgullo y logro; y sientes un estado de disfrute y concentración lo que permite un desempeño muy satisfactorio.

Este es un asunto fascinante, pero sin embargo aún sin resolver. Desde que Seligman y Csikszentmihalhy y la psicología positiva nos acercaran a conceptos hasta hace poco muy alejados de las empresas, los avances han sido muy positivos. El trabajo en la sociedad actual es de vital importancia, y esta civilización del trabajo se debe entender en el sentido que no sólo se le debe pedir  al trabajo un sueldo, una retribución económica, sino que debe convertirse en un espacio de desarrollo personal, que en definitiva tiene que ver con la búsqueda de la felicidad y de la virtud, que son conceptos fundamentales en las personas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario