“El camino de la doctrina es largo; breve y eficaz, el del ejemplo.”
LUCIO ANNEO SÉNECA
La reciente noticia de que Rafael Nadal se retiraba del tenis profesional ha desatado toda una oleada de agradecimientos y testimonios por sus más de 20 años de carrera deportiva, dando muestra de una gran ejemplaridad, tanto en la práctica del tenis, como en la manera de afrontar los retos, las dificultades, las victorias...
Como decía mi abuelo Benigno hace muchos años... "... la sublime arenga del ejemplo". De esta forma se refería a las personas que le inspiraron, cuando en 1925 escribió su libro "El Blindado nº 5. Históricas hazañas de héroes españoles", y en el que pone de manifiesto su fervoroso patriotismo y el querer honrar a los mártires del deber. Se trata de una novela corta en la que narra, como testimonio y homenaje, los hechos heroicos de la tripulación del Blindado nº 5 al mando del sargento Lorenzo Juanola Durán, en la campaña de Marruecos en el territorio de Melilla (9 de diciembre de 1924). Estos hechos fueron difundidos por la prensa española de la época y puestos de ejemplo en la mayoría de las arengas que se daban a las tropas para levantar la moral de las mismas.
Pues esta licencia personal e histórica me ha servido para referirme al ejemplo que Rafael Nadal ha ido mostrando a lo largo de su carrera deportiva como jugador de tenis. Han sido tantos los partidos épicos que ha jugado y ganado, han sido tantas las tardes que hemos podido disfrutar de su resistencia y pundonor que le hacen merecedor de tantos reconocimientos como ha recibido a lo largo de su vida deportiva, como el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes en 2008 o el apabullante palmarés que ha obtenido: los 92 títulos ATP, los 36 Master 100, o los 22 Grand Slam (Open de Australia: 2 (2009 y 2022); Roland Garros: 14 (2005, 2006, 2007, 2008, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2017, 2018, 2019, 2020, 2021, 2022); Wimbledon: 2 (2008 y 2010); US Open: 4 (2010, 2013, 2017, 2019)).
Esta proeza deportiva nos ofrece suficientes elementos para destacar algunas enseñanzas sobre la trayectoria deportiva de Nadal:
- la resistencia: los largos partidos, de hasta 5 horas, los largos puntos, no han impedido que Nadal diera por perdido ningún partido, siendo memorables las remontadas de partidos interminables en los que su capacidad de resistencia parecía ser su mejor baza;
- la visualización: su capacidad para preparar los partidos visualizando el partido, cada golpe, cada punto;
- la estrategia: su capacidad de saber "leer" la marcha de cada partido, saber interpretar la evolución de los puntos y juegos, e incluso sets, para de esa forma preparar el momento de atacar a su contrincante;
- el afán de superación: su fortaleza residía en el entrenamiento intenso y constante, esa capacidad de seguir adelante, de superar las dificultades, las lesiones, las derrotas, etc.
Todas estas habilidades se pueden resumir en una: la fuerza de la motivación. Rafael Nadal es un claro ejemplo de cómo la motivación moviliza las personas hacia metas y retos desafiantes. Siguiendo a José Antonio Marina, creo que la clave se encuentra en el tercero de los ingredientes de lo que Marina llama la "fuerza de la motivación": Motivación = deseo + valor del objetivo + facilitadores de la tarea. En Nadal los facilitadores de la tarea son la clave su éxito, en la que destacamos las siguientes:
- La actitud ante la derrota y el esfuerzo necesario para afrontar cada partido. Ante las dificultades, siempre buena cara, siempre aprender de los errores, siempre aprender del jugador que le ha ganado un partido.
- La creencia de la capacidad de mejorar. He escuchado muchas veces a Nadal hablar, tanto cuando perdía como cuando ganaba, de la importancia de desarrollar la capacidad de aprender. La idea de aprender de los propios errores es un proceso fundamental para el desarrollo personal. Los errores no se convierten el fracasos, sino en oportunidades de aprendizaje y mejora.
- La perseverancia o el mantenimiento del esfuerzo. Su entrenamiento intenso y bien orientado, la tenacidad y constancia son determinantes, sin ellas la motivación pierde fuerza y se debilita.
La motivación es la mejor señal de identidad de este fenómeno irrepetible del deporte español. Rafael Nadal o la fuerza de la motivación, un ejemplo para una generación de jóvenes que pueden ver en este deportista la mejor forma de representar valores como el esfuerzo, el afán de superación, la tenacidad y la constancia. La trayectoria de Nadal es una lección de lo que representa el valor del ejemplo: ejemplo de pundonor, de elegancia, de deportividad y de respeto. Ya lo decía Albert Einstein "Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás. Es la única manera", y es que el ejemplo es un valor fundamental en la mayoría de las relaciones que conocemos: del padre y la madre con sus hijos, del profesor con sus alumnos, del líder con sus subordinados, del político con sus electores, del gobernante con sus ciudadanos.
A nivel de empresa, el ejemplo viene a ser una característica del líder basada en su acción y su humildad que es capaz de revolucionar el rendimiento de un equipo de trabajo, pues facilita la responsabilidad, aumenta el compromiso, potencia el aprendizaje y mejora el rendimiento.
Ejemplo de pundonor y de superación tras muchas lesiones, ejemplo de deportividad y elegancia, pero a la vez de competitividad, ejemplo del valor que el deporte representa como esfuerzo y sacrificio. Una verdadera lección sobre el valor del ejemplo. Cuanta falta hace en este mundo ejemplos como el de Nadal, que se retira de las canchas de tenis sin hacer ruido, humildemente reconociendo el final de su etapa, como el de aquellos soldados españoles que con el ejemplo del valor y el deber tan bellamente glosara mi abuelo hace casi 100 años. Gracias Rafa Nadal¡¡
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