miércoles, 20 de noviembre de 2019

Política y dirección



"La democracia necesita de la virtud, 
si no quiere ir contra todo lo que pretende defender y estimular"
Juan Pablo II
"La cualidad suprema del liderazgo es la integridad"
Dwight Eisenhower

Se suele decir que el liderazgo es la capacidad de transformar la visión en realidad. Por eso, ser líder no significa tener un cargo formal, es independiente de las estructuras formales. Gracias a sus capacidades de liderazgo, una persona puede acceder a puestos mas relevantes e importantes, por lo que la existencia de uno o varios líderes en las organizaciones y en la misma sociedad, es muy necesario al ser capaces de conseguir el esfuerzo extra por parte de sus subordinados, colaboradores o ciudadanos. El líder debe ser un guía, porque es fundamental para alcanzar objetivos y metas extraordinarias.

La reciente campaña electoral nos ha ofrecido una visión bastante clara de los diferentes liderazgos que desarrollan los cinco candidatos de las formaciones políticas que se presentaban a las Elecciones Generales del pasado 10 de noviembre. Resuelta la incógnita del resultado electoral, se puede hacer con más sosiego y tranquilidad un análisis de cada uno de esos liderazgos, sus estilos de comunicar y de persuadir a los ciudadanos. En esta ocasión, relaciono la política con los "saberes" de una dirección eficiente, pues las competencias necesarias para dirigir un país las encontramos en las que se utilizan para identificar a la dirección de una organización. Una vez más las técnicas del management son fuente de inspiración para otros muchos ámbitos y disciplinas, como por ejemplo, la política.

Dirigir no es tarea fácil, pero existen ingredientes básicos que contribuyen a un buen liderazgo, la habilidad por excelencia en el arte de dirigir. El proceso de formación de un gobierno solvente y competente requiere mucha habilidad de liderazgo y sobre todo mucha responsabilidad. España lo necesita urgentemente. A modo de decálogo, los "saberes" fundamentales para poner en marcha el gobierno competente que España precisa, pueden ser los siguientes:

  1. Saber gestionar expectativas y percepciones. Conociendo las expectativas de los ciudadanos se puede gobernar mejor gestionando e influyendo en sus percepciones, consiguiendo una mayor satisfacción e implicación política. Hacer valoraciones positivas sobre las aportaciones de los ciudadanos, reconociendo su creatividad e implicación, se convierte en un elemento determinante. 
  2. Saber asignar responsabilidades. A través de procesos de negociación y de un consenso nacional sobre Políticas de Estado que permitan un mayor compromiso de los agentes sociales, partidos políticos y Administraciones autonómicas y locales. La función del gobernante es empoderar a la sociedad civil porque su misión última es gestionar a través de otros, impulsando el avance de la sociedad.
  3. Saber exigir resultados. La lista de tareas pendientes para el próximo gobierno es muy importante, por lo que la obtención de logros visibles para la sociedad será misión fundamental. Exigir resultados implica valorar el trabajo que realizan los ciudadanos, y por tanto, saber reconocer y recompensar adecuadamente mediante medidas que vayan encaminadas en la mejora de su bienestar.
  4. Saber ayudar, facilitar y enseñar. La vocación de servicio forma parte de la actuación en el proceso de gobernar. Proporcionar formación y oportunidades mediante un marco económico y laboral adecuado, será una prioridad para el nuevo gobierno. Hacer hincapié en la capacidad de la sociedad civil para el emprendimiento y resolución de problemas en lugar de esperar la solución por el Estado.
  5. Saber comunicar. Una comunicación fluida y sincera hace accesible al Gobierno y le permitirá conectar, transmitir y orientar ideas, proyectos e ilusiones. Según Ferran Ramon-Cortés, las claves para una comunicación memorable es ofrecer un único gran mensaje, explicado de forma emotiva, con un lenguaje que conecte, teniendo en cuenta que el mensaje que cuenta es el capta la gente, invitando en lugar de intentando convencer. Y todo esto, siendo capaz de llegar a las emociones. El arte de la comunicación es el lenguaje de un gobierno líder, en el que la sociedad percibe la importancia de los programas de gobierno y cómo ésos se relacionan a sus propias prioridades. Debe lograr que los ciudadanos identifiquen claramente sus logros, para ello debe hacer llegar sus mensajes a los ciudadanos con claridad y contundencia.
  6. Saber persuadir. Para persuadir se requieren cualidades especiales para generar lealtad y compromiso en los ciudadanos. La persuasión y la influencia genera mejores resultados que el mando. El reto de dirigir es generar contextos creativos y estimulantes donde las personas puedan probarse, puedan retarse, puedan hacer realidad sus sueños, sus proyectos de vida. Será misión del Gobierno facilitarlos. Cuando los ciudadanos se enfrentan a la acción, es cuando demuestran que son capaces de hacerlo. La capacidad para persuadir es un arte, un don de gentes, que con carisma y elocuencia, afrontan el reto básico del liderazgo: conseguir que se haga algo a través de otras personas. La tarea de gobernar requiere una dosis importante de persuasión, necesaria para hacer que los ciudadanos se sientan ilusionados por un futuro mejor.
  7. Saber generar entusiasmo e ilusión. Se viven momentos de incertidumbre en España. Reforzar la idea de España pasa por generar un clima político y social adecuado en el que se trabaje con ilusión, energía y optimismo, la verdadera palanca para la consecución de objetivos.  España como proyecto común de convivencia será una prioridad del nuevo gobierno, imprescindible en un momento clave tras los acontecimientos secesionistas de Cataluña.
  8. Saber ser ejemplo. El comportamiento y las actitudes del gobernante son el espejo en el que se fijan los ciudadanos. La ejemplaridad es una competencia cada vez más valorada en el político actual, mas aún en los que tienen responsabilidades de gobierno. El buen político no debe exigir lo que no hace. Ya lo decía Miguel de Cervantes "el ejemplo es la más irresistible seducción".
  9. Saber crear equipo. Un gobierno para España es un gobierno para todos. Gobernar es hacer realidad la verdad de la sinergia: que el trabajo colectivo es mayor que la suma de las individualidades. Para ello es necesario crear en España el ambiente y espacio propicio como proyecto común, considerando su diversidad y complementariedad. Ya lo decía nuestro Rey, apelando a alimentar la maltrecha autoestima nacional, tan empobrecida durante tanto tiempo: “Tenemos capacidad y coraje de sobra. Tenemos el deseo y la voluntad y hemos de sumar la confianza en nosotros mismos. Esa es la clave de nuestra esperanza en el futuro, la clave para recuperar el orgullo de nuestra conciencia nacional.”
  10. Saber ser humilde. Frente al líder arrogante que hace valer su cargo (Potestas), aparece el líder humilde (Auctoritas) cuyo reconocimiento por los ciudadanos es el resultado de su trabajo, esfuerzo, constancia y modestia. Martin Serigman considera que la humildad en el líder se caracteriza por una conciencia profunda de sus habilidades (un gobierno preparado técnica y humanamente); por la capacidad de reconocer errores, deficiencias, límites (autocrítica permanente); por la apertura a nuevas ideas, sugerencias contradictorias (un gobierno atento a las aportaciones de la sociedad civil); por un enfoque no exclusivo sobre nosotros mismos (un gobierno que abandone el partidismo excluyente) y por la capacidad de apreciar la contribución de los demás (un gobierno abierto al acuerdo y al consenso con otros partidos).

miércoles, 13 de noviembre de 2019

Los saberes para dirigir


“Una organización es la sombra del que la dirige”
Pascual Montañés

Se suele decir que el liderazgo es la capacidad de transformar la visión en realidad. Por eso, ser líder no significa tener un cargo formal, es independiente de las estructuras formales. Gracias a sus capacidades de liderazgo, una persona puede acceder a puestos mas relevantes e importantes. La existencia de uno o varios líderes en las organizaciones es muy importante, porque son estas personas las que son capaces de conseguir el esfuerzo extra por parte de sus subordinados. El líder debe ser un estimulador, un guía, porque él es fundamental para la buena marcha de una organización. 

El desempeño eficiente de la dirección requiere talento especializado, conjugar de forma inteligente tanto el análisis como la intuición, así como, entre otras muchas cosas (roles, habilidades, competencias y actitudes), coordinar y comunicar a equipos y personas. Es un proceso tan amplio y complejo que se suele identificar como un arte, el arte de dirigir. Implica confianza en el líder y eso no es un proceso fácil. Las personas que ejercen la dirección tratan como prioridad el asegurar la consecución de determinados objetivos, unas metas a alcanzar, así como obtener un eficaz funcionamiento de sus ámbitos organizativos.

La habilidad en el arte de dirigir es el proceso de orientación de los miembros de una organización para obtener un fin, pero con disposición y entusiasmo. Son elementos básicos: la capacidad para influir en las creencias o en las acciones de las personas, el talento para entender a los demás, la capacidad de inculcar comportamientos y actitudes, asumir que es más valioso influir que mandar, y finalmente, ser capaz de crear un clima favorable y estable en la organización. Dirigir consiste en traducir objetivos corporativos en comportamientos individuales y, en ese proceso,  hacer emerger lo mejor de cada persona para ponerlo al servicio de la organización.

Koontz y O’ Donnell, refiriéndose a la habilidad en el arte de dirigir personas destacaban cuatro elementos:
  • La autoridad y el poder del líder: Es la capacidad para influir en las creencias o en las acciones de las personas. No sólo implica la competencia para ordenar lo que se debe hacer, sino también, para influir en cómo se deben llevar a cabo sus instrucciones. La autoridad emana por la posición que el individuo ocupa en la estructura teniendo la última palabra en la toma de decisiones que afectan a otros.
  • Comprender a los subordinados: Dirigir debe implicar capacidad para entender a los subordinados, que como personas tienen dispares motivaciones y expectativas, de acuerdo a su personalidad, su historia personal y su experiencia laboral.
  • Inspirar a los seguidores: Inculcar comportamientos y actitudes en los subordinados con la finalidad para que apliquen todas sus capacidades en la realización de un proyecto común. 
  • El estilo y clima que crea el líder: Estos aspectos son fundamentales en la creación de una determinada cultura empresarial, tanto dentro del grupo, como en el entorno con el que se relaciona.

Dirigir no es fácil, pero podemos contribuir a que no sea una tarea imposible. A modo de decálogo, los "saberes" fundamentales para su desarrollo efectivo pueden ser los siguientes:
  1. Saber gestionar expectativas y percepciones. Conociendo las expectativas podemos intervenir gestionando e influyendo en sus percepciones, consiguiendo una mayor satisfacción. Hace comentarios positivos sobre el desarrollo de los demás. Se refiere a las habilidades actuales y futuras y/o el potencial para aprender, incluso en casos difíciles. Cree que las personas quieren y pueden aprender para mejorar su rendimiento.
  2. Saber asignar responsabilidades. A través de procesos de delegación y de empowerment, que permitan un mayor compromiso e implicación de los colaboradores. La función del directivo líder es delegar porque su función es gestionar a través de otros.
  3. Saber exigir resultados. La obtención de objetivos y logros es consustancial al proceso de dirección. Exigir resultados implica valorar el trabajo que se realiza, y por tanto, saber reconocer y recompensar adecuadamente.
  4. Saber ayudar, facilitar y enseñar. La vocación de servicio forma parte de la actuación en el proceso de dirigir. Proporciona formación, o experiencias en el trabajo que sirvan para adquirir nuevas capacidades o habilidades. Hace que las personas lleguen a la solución de los problemas en lugar de darles simplemente la respuesta.
  5. Saber comunicar. Una comunicación fluida y sincera nos hace accesibles y permitirá conectar, transmitir y orientar ideas, proyectos e ilusiones. Según Ferran Ramon-Cortés, las cinco claves para una comunicación memorable comunicar es ofrecer un único gran mensaje, explicado de forma memorable, con un lenguaje que conecte, teniendo en cuenta que el mensaje que cuenta es el capta la gente, invitando en lugar de intentando convencer. Y  todo esto, siendo capaz de llegar a las emociones.
  6. Saber persuadir. Para persuadir se requieren cualidades de simpatía y don de gentes, para generar lealtad y compromiso por parte de los seguidores. La persuasión y la influencia genera mejores resultados que el mando. El reto de dirigir es generar contextos creativos y estimulantes donde las personas puedan probarse, puedan retarse, puedan hacer. Cuando te enfrentas a la acción, es cuando demuestras que eres capaz de hacerlo. La capacidad para persuadir es un arte, un don de gentes, que con carisma y elocuencia, afrontan el reto básico del liderazgo: conseguir que se haga algo a través de otras personas.
  7. Saber generar entusiasmo e ilusión. Generar un clima adecuado en el que se trabaje con ilusión, energía y optimismo provoca una motivación que se convierte en una verdadera palanca para la consecución de los objetivos.
  8. Saber ser ejemplo. El comportamiento y las actitudes del líder son el espejo en el que se fija el equipo o la organización. No exigir lo que no se hace. Ya lo decía Miguel de Cervantes "El ejemplo es la más irresistible seducción".
  9. Saber crear equipo. Hacer realidad la verdad de la sinergia, que el trabajo colectivo es mayor que la suma de las individualidades. Para ello es necesario crear el ambiente y espacio propicio que el equipo funciones al mas alto nivel, considerado su diversidad y complementariedad.
  10. Saber ser humilde. Frente al líder arrogante que hace valer su cargo (Potestas), aparece el líder humilde (Auctoritas) cuyo reconocimiento por el equipo es el resultado de su trabajo, esfuerzo, constancia y modestia. Martin Serigman considera que la humildad en el líder se caracteriza por una conciencia profunda de nuestras habilidades; por la capacidad de reconocer nuestros errores, deficiencias, límites; por la apertura a nuevas ideas, sugerencias contradictorias; por un enfoque no exclusivo sobre nosotros mismos y por la capacidad de apreciar la contribución de los demás.


miércoles, 3 de julio de 2019

Desarrollo del potencial endógeno



Hace más de 30 años, mi querido profesor el jesuita José Juan Romero, pronunciaba la lección magistral en el acto académico de Fin de Carrera de la XX promoción de ETEA (de la que formo parte), celebrada en Córdoba, el 6 de junio de 1987. Dicha última lección del curso se titulaba "Nuevas tendencias en Política Regional: el desarrollo del potencial endógeno".

El profesor Romero afirmaba, citando a Naisbitt, que una de las macrotendencias (megatrends) es precisamente la confianza en la ayuda propia, es decir, en la iniciativa propia, en los propios recursos, en las propias potencialidades, de cara a todo tipo de actividades. En política regional, la movilización del potencial endógeno apuntaba hacia fórmulas de desarrollo que partían de lo que ya existe sobre el terreno, a nivel local, para valorizarlo al máximo y modificarlo sólo gradualmente, sosteniendo en lo posible una continuidad con sus raíces históricas y culturales. Esta referencia a la política regional basada en la capacidad de movilizar los recursos propios para favorecer el desarrollo económico de zonas y comarcas, le sirvió a José Juan Romero para que, en el contexto de un final de curso, apelara a que lo sembrado durante los cinco años de estudio diera su fruto y cada alumno pueda dar mejor de si al servicio de la sociedad. Apelaba al potencial y al talento personal que debe aflorar para que cada alumno encuentre su camino en la nueva etapa de la vida que iniciábamos.

Efectivamente, es el desarrollo del potencial endógeno un alegato por las capacidades personales y por el talento que toda persona tiene y que debe aprovechar adecuadamente, como se dice en la cita bíblica en la parábola de los talentos, en la que Dios confía sus dones o talentos a los hombres con la obligación de que los desarrollen, que espera una respuesta fructífera por parte de cada hombre, y que la inactividad, por miedo,​ exceso de precaución o cobardía,​ pereza, o simple omisión consciente en hacer rendir los talentos recibidos es criticada por el propio Jesús.

El potencial endógeno de las personas, su talento, se encuentra en las fortalezas y en su entrenamiento. Por ello se debe corregir la mala costumbre de aprender a mirar mucho más nuestras limitaciones que nuestras fortalezas. La dificultad es que no nos han enseñado en cómo encontrar ese talento que todos tenemos. Una guía para encontrarlo está en la capacidad de sorpresa, la emoción más poderosa vinculada con el aprendizaje. La sorpresa nos habla de las cosas que nos estimulan y nos motivan. Es muy interesante que desde muy pequeños entrenemos para descubrir y para asombrarnos. En todo lo que nos asombra es muy probable que se encuentre el talento.

Otra pista nos la muestra Mihály Csikszentmihalyi, que en su fantástico libro Flow, habla del concepto de flujo como “el estado en el cual las personas se hayan tan involucradas en la actividad que nada más parece importarles; la experiencia, por sí misma, es tan placentera que las personas la realizarán incluso aunque tenga un gran coste, por el puro motivo de hacerla”. Se caracteriza por la plena absorción en la tarea, altos niveles de motivación, pérdida del sentido del paso del tiempo y una alta sensación de disfrute con lo que se está haciendo. La experiencia de flujo se describe a menudo como “un placer espontáneo mientras se desarrolla una tarea”. Creo que este concepto se relaciona perfectamente con el desarrollo de las capacidades y habilidades personales, y por ende, del desarrollo del potencial endógeno.

El talento habla de fortalezas, de lo mejor de nosotros mismos. Desarrollar el potencial endógeno no es ser el número uno, sino ser capaz de extraer lo mejor de cada uno de nosotros. Hacer un buen feedback nos lleva a preguntarnos ¿en qué eres bueno? ¿estás en el contexto adecuado? Generalmente se suele decir que el talento es escaso y, que está algo o bastante oculto. Por lo tanto, un buen gestor del talento deberá saber o intuir dónde buscarlo y, sobre todo, cómo sacarlo a la luz, para ponerlo en valor. Para desarrollar el talento, nuestro potencial endógeno, es conveniente señalar el límite de tu habilidad actual y apuntar un poco más allá, aquel que has alcanzado con grandes esfuerzos. 

Tal como terminaba el profesor José Juan Romero en la última lección de la XX promoción de ETEA, apelando al desarrollo de las propias potencialidades de cada alumno que atentamente le escuchábamos, el Preámbulo de la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa, también apela a que "nuestras personas y sus talentos son lo más valioso que tenemos como país" y que "detrás de los talentos de las personas están los valores que los vertebran, las actitudes que los impulsan, las competencias que los materializan y los conocimientos que los construyen". Pues apostemos por movilizar el potencial endógeno de las personas, como mejor estrategia de acción y palanca de transformación de una sociedad como la española, tan deseosa de buenos referentes, sabiendo que identificar el talento se muestra esencial para afrontar con motivación y éxito nuestra carrera profesional y la aventura de vivir. Tomar conciencia de esta extraordinaria habilidad innata forma parte del viaje interior al conocimiento personal que aporta claridad sobre nuestro propósito esencial, valor y utilidad como personas.

El nuevo alcalde de Córdoba en su toma de posesión apelaba a que "el talento existe, brindémosle oportunidades". Pues reivindiquemos que el talento aflore, que aporte todo su potencial endógeno movilizando los recursos propios que favorezcan el necesario desarrollo económico que Córdoba necesita.

lunes, 10 de junio de 2019

Nadal: la fuerza de la motivación




Rafael Nadal acaba de ganar su décima segunda ensaladera en Roland Garros. Esta extraordinaria hazaña deportiva no tiene precedentes. La proeza deportiva a la que nos tiene acostumbrado este ciudadano y deportista ejemplar, ofrece suficientes elementos para destacar algunas enseñanzas sobre la trayectoria deportiva de Nadal: la resistencia: los largos partidos, de hasta 5 horas, los largos puntos, no han impedido que Nadal diera por perdido ningún partido, siendo memorables las remontadas de partidos interminables en los que su capacidad de resistencia parecía ser su mejor baza; la visualización: su capacidad para preparar los partidos visualizando el partido, cada golpe, cada punto; la estrategia: su capacidad de saber "leer" la marcha de cada partido, saber interpretar la evolución de los puntos y juegos, e incluso sets, para de esa forma preparar el momento de atacar a su contrincante; el afán de superación: su fortaleza residía en el entrenamiento intenso y constante, esa capacidad de seguir adelante, de superar las dificultades, las lesiones, las derrotas, etc.

Todas estas habilidades se pueden resumir en una: la fuerza de la motivación. Rafael Nadal es un claro ejemplo de cómo la motivación moviliza las personas hacia metas y retos desafiantes.  Siguiendo a José Antonio Marina, creo que la clave se encuentra en el tercero de los ingredientes de lo que Marina llama la "fuerza de la motivación": Motivación = deseo + valor del objetivo + facilitadores de la tarea. 

Los facilitadores de la tarea son la clave para el éxito de Nadal, que consiste en desarrollar la motivación para mantener la tarea, la actividad que le está permitiendo seguir a pesar de su edad  en los puestos Top de la ATP. Son los siguientes:
  1. La actitud de Nadal ante la derrota y el esfuerzo necesario para afrontar cada partido. Ante las dificultades, siempre buena cara, siempre aprender de los errores, siempre aprender del jugador que le ha ganado un partido.
  2. La creencia de la capacidad de mejorar: He escuchado muchas veces a Nadal hablar, tanto cuando perdía como cuando ganaba, de la importancia de desarrollar la capacidad de aprender. La idea de aprender de los propios errores es un proceso fundamental para el desarrollo personal. Los errores no se convierten el fracasos, sino en oportunidades de aprendizaje y mejora.
  3. La perseverancia o el mantenimiento del esfuerzo es clave para entender el éxito de Nadal. Su entrenamiento intenso y bien orientado, la tenacidad y constancia son determinantes, sin ellas la motivación pierde fuerza y se debilita.
La motivación es la mejor señal de identidad de un fenómeno del deporte español. Rafael Nadal o la fuerza de la motivación, un ejemplo para una generación de jóvenes que pueden ver en este deportista la mejor forma de representar valores como el esfuerzo, el afán de superación, la tenacidad y la constancia. Todo un ejemplo de pundonor y de superación ante las lesiones, ejemplo de deportividad y elegancia ante los contrincantes, pero a la vez de competitividad. Todo ello hace de esta nueva hazaña de Nadal una sublime arenga del ejemplo.

lunes, 27 de mayo de 2019

La mayéutica de la política


"El camino más noble no es someter a los demás, sino perfeccionarse a uno mismo"
Sócrates

La mayéutica es el método aplicado por Sócrates a través del cual el maestro hace que el alumno, por medio de preguntas, descubra conocimientos. En el ámbito del coaching, que tan de moda se encuentra en la actualidad, la capacidad para realizar preguntas poderosas, preguntas retadoras, que hacen replantear objetivos, comportamientos y actitudes, modos de vida, es también la técnica principal de está habilidad directiva, considerada como un proceso de acompañamiento por el cual se toma conciencia sobre la situación actual para llegar a una situación deseada mediante un recorrido en el que hay que tomar compromisos, hacer planes de acción y superar obstáculos internos y externos. En otras disciplinas, Kant dijo que la pregunta "¿Qué debo hacer?" es una de las cuestiones centrales de la filosofía. En consecuencia, tanto en la mayéutica, en la filosofía como en el coaching, la pregunta es un instrumento clave para hacer progresar a la persona, ya sea alumno, trabajador o directivo. 

¿Y en la política? La actualidad política española, marcada por las recientes elecciones, ofrece una buena oportunidad para descubrir de qué manera ha servido para que los ciudadanos descubran nuevos conocimientos y realidades, comprendan mejor los retos que tienen planteados como sociedad y encuentren al político que ha servido y acompañado mejor. Políticos que fundamentan su actividad precisamente en su capacidad de proponer y de preguntar al ciudadano por lo verdaderamente importante, por lo que les interesa de verdad, de saber obtener lo mejor de la sociedad para plantear programas, retos y desafíos que la mejoren. El buen político que sabe realizar las preguntas adecuadas es conocedor de que su interlocutor, el ciudadano, es el que tiene las mejores respuestas para sus preguntas, que huye del dogmatismo, del adoctrinamiento, de los cantos de sirena y de las promesas fáciles que a muchos gusta escuchar. Por tanto, la mayéutica aplicada a la política consiste en una metodología que ayuda a fomentar en el ciudadano la creación de una actitud crítica ante los problemas reales de la sociedad, de contar con ciudadanos libres y comprometidos, propios de una democracia madura.

En el ámbito de la educación, se dice que la práctica de la mayéutica ha demostrado que lo razonado se aprende mejor que lo meramente memorizado. Por eso la principal función de la buena política no es dar respuestas a los ciudadanos, sino suscitar en ellos inquietudes y dudas, anhelos y deseos de mejorar, para que sean ciudadanos responsables y activos. Si algo caracteriza al buen político es la capacidad de plantear propuestas y soluciones a los problemas que tiene la sociedad, buscando siempre acciones eficaces para ejecutar. Esas propuestas son en el fondo preguntas a la ciudadanía. Las preguntas tratan de "iluminar" ciertas áreas o zonas desconocidas hasta el momento por la persona. Para lograr ese objetivo las preguntas ayudan a generar espacios de reflexión a partir de los cuales saldrán las respuestas y acciones necesarias. A través de las preguntas el político compromete al ciudadano a conectar temas, a elaborar respuestas, a recordar conceptos, a actualizar experiencias o a calcular consecuencias. El ciudadano se ve obligado a elaborar respuestas que implican una reflexión y una reestructuración de sus conceptos y sus valores. La profundidad de las preguntas ayuda a ampliar los espacios de reflexión y a generar una nueva mirada, una nueva perspectiva que lo impulsará a tomar acciones beneficiosas para la sociedad. Esa reflexión hace que su aprendizaje sea significativo y tenga sentido.

En el método socrático el maestro no inculca al alumno el conocimiento, por considerar que su mente no es un cajón vacío en el que se puedan depositar diferentes materias; por el contrario, es el alumno quien extrae de sí mismo el conocimiento. De igual forma, mediante preguntas, el buen político ayuda a que aflore el saber en el ciudadano mediante respuestas responsables, pretendiendo que el ciudadano cobre conciencia de su situación personal y de la sociedad en la que vive, para así aprender a tomar decisiones consistentes, votando responsablemente y participando socialmente.

No estaría mal que la famosa frase de Sócrates que se grabó en el frontón del templo de Delfos: "Conócete a ti mismo" deba estar presente en cada uno de los ciudadanos, para así tratar de afanarse en el descubrimiento de la verdad interna en sincero diálogo (y no sólo cada cuatro años) con los políticos que les representan. Frente a tanta disputa estéril en la política, reivindiquemos un diálogo auténtico, un debate (disputatio, según Aristóteles) que no era aquel por el que uno humillaba al otro, sino que fruto del debate, ahora tan importante por la necesidad de pactos, afloraba una única verdad conforme a ambas posturas que beneficie a todos.

miércoles, 15 de mayo de 2019

Desarrollo y estrategia personal vs. Espíritu de sufrimiento y dureza. Los 101 2019 en acción


"...Y actúa en pequeño. Poco a poco. Pero cada paso que des en tu vida, hazlo pensando que te va a llevar a tu sueño y verás como el futuro te elevará en el presente.” 
Mario Alonso Puig

Una nueva edición de la mítica carrera organizada por la Legión en Ronda, la 101 km 24 h de 2019, ha ofrecido una versión más dura y exigente. Un calor sofocante que alcanzó los 40 grados en las horas punta de la tarde, son una muestra del grado de dificultad añadida que había que superar. 

El pasado 11-12 de mayo de 2019 me di cita por sexto año consecutivo en los 101 de la Legión, que inicialmente había de afrontarla sólo. El relato que a continuación expongo es el resultado de una vivencia sorprendente que afortunadamente supe gestionar adecuadamente, y que en relación con las habilidades personales, el despliegue del desarrollo y la estrategia personal resultó determinante para poder cruzar la meta en la Alameda de Ronda tras 22:53:03 de carrera.

En primer lugar, acudía con una idea en mente, mi mantra personal con el que afrontar el exigente reto de los 101 kilómetros: "Nunca te des por vencido". Lo escuché en la canción Avanza-On Gan Ganapayate, de Indra Mantras, y me gustó, y lo adopté como lema para repetírmelo durante la carrera. Y funcionó¡¡

En segundo lugar, la importancia de seguir una estrategia. Efectivamente es el desarrollo y la estrategia personal la habilidad que quiero destacar como la clave de haber sido capaz de superar y aprender a descubrir el objetivo y la misión planteada, a través del autoconocimiento de tus capacidades y límites y de saber articular una estrategia firme y eficaz.

Se dice que para crecer como personas, necesitamos partir de una autocrítica permanente, desarrollar la capacidad de evaluar con frecuencia y profundidad el propio comportamiento, reconociendo en su justa medida tanto los aciertos como los errores personales. Afrontar la 101 en 2019 con garantía lo exigía, se necesitaba determinación y confianza. Y también coraje y valentía. Que cierto aquello de que cada vez que actuamos conforme a nuestros valores aunque no sea lo más fácil y lo que nos apetece, nos hacemos más fuertes. Evidentemente el sufrimiento y la dureza, ese espíritu de la Legión que el General recordaba en su discurso final, se harían presentes por las condiciones de calor que nos íbamos a encontrar en la carrera, y superándolos te hacían más fuerte. Las sucesivas decisiones tomadas así lo confirman, pues la motivación y fuerza por ir superando dificultades lo ibas percibiendo en tu estado de ánimo, reforzando tu marcha.  

¿Por donde empezar los 101? En el trail se comienza ganando con una buena preparación y planificación. Sun Tzu, en el “El arte de la guerra”, afirma “es mejor ganar sin luchar”. Ganar los 101, es estar preparado cuando las cosas se ponen difíciles, cuando llega la hora de la verdad. Por tanto, “ganar sin luchar” implicaba haber trabajado en tres frentes o factores:
  • El de los propios objetivos. La preparación de los 101 de este año comenzó en octubre de 2018, cuando supero una lesión en los piramidales. Ha sido un plan trazado de menos a más, con tiradas largas y menos largas. En total me inscribí en unas 12 carreras oficiales (un total de 174 kilómetros), así como en entrenos individuales o grupales (650 km). Además he trabajado el core en gimnasio en clases de spinning, hiit, connexus, abdominales y stretching.


Hoja con Objetivo de tiempos de paso por avituallamiento para la 101 de 2019

  • El del estudio de la carrera, para tener claro el mapa de la prueba, el perfil, los avituallamientos, los puntos clave (marcados en morado en la imagen anterior), los ritmos a seguir, los tiempos de paso en el año pasado, la estrategia, revisada sobre la marcha por el calor del día de la prueba. Actué tomando decisiones como si fueran metas volantes. Desde el km 36 en el avituallamiento 7 (Cortijo del Polear) hasta Setenil (Avituallamiento 10, km 50), desde Setenil hasta el Cuartel (Avituallamiento 14, km 70) y desde el Cuartel hasta Ronda (km 101). 
  • El de la gestión de una red de contactos: Varias personas han sido determinantes en esa red de contactos que me ayudó/apoyó a superar la carrera: 
    • Ximo, compañero de Cumbre 14, que desde el principio hasta el km 36 fuimos compañeros en todo momento, definiendo la estrategia a seguir dadas las circunstancias extremas que se estaban presentando por el excesivo calor. Teníamos claro desde el principio que había que ser reservones hasta Setenil de las Bodegas, es decir, superar las horas de sol y calor con el menor desgaste de energía posible. La cosa se complicó cuando tras superar la Cuesta de los cochinos me pasa factura el calor y sufro bastante. Terminada la cuesta mi ritmo baja bastante y no me veo con fuerzas de seguir. En el punto de avituallamiento siguiente (el nº 7, Cortijo del Polear), Ximo continúa. Un abrazo y nos deseamos suerte. Sus consejos fueron determinantes. Recuerdo que me decía que el objetivo para 2019 (hacer 20 horas) era impensable, que me olvidara de él, que lo importante era llegar a Ronda.
    • Beni, mi hermano y mi maestro en esto del trail. Su llamada en el peor momento cuando estaba en el Avituallamiento 7 (Cortijo del Polear), así como cuando me acercaba al nº 9 (Cruce CA 414 con Cordel) y la tercera llamada llegando a Setenil, fueron determinantes para darme apoyo moral y técnico en los momentos más críticos. Su visión, experiencia y conocimiento del terrero fueron la clave de mis posteriores decisiones.
    • A toda pastilla, mi equipo de entreno en Córdoba, siempre con una fuerza y ánimo arrollador. Nos fuimos encontrando durante la carrera: Teresa, Manolo, Merche, Ana, Gabriel, Beli, con la que coincidí en muchos tramos, Juan Antonio, el Comandante, que este año no corría pero animaba como el que más, y finalmente Joaquín, que en el cuartel me animó a seguir cuando, tras decirme que estaba muy tocado, pero que seguía para Ronda.... Así es este grupo genial de A toda Pastilla...
    • Laura, compañera desconocida que al comienzo de subir a la Ermita (km 72) mantiene mi ritmo de subida, y comenzamos a hablar, y la agradable conversación me sirve/nos sirve para sobrellevar bastante mejor la subida interminable a la Ermita, la imponente subida al monte Hacho y la posterior subida al cortijo de la Manía. Vamos superando etapas y continuamos. No me lo creía, después de los momentos vividos, pero comienzo a creer que es posible poder terminar la 101... Por relevos nos fuimos apoyando y fue una satisfacción poder entrar juntos en la Alameda. 

Las palabras se las lleva el viento, pero los buenos hábitos nos perfeccionan como personas y como corredores de trail. Hacer la 101 ha sido una formidable experiencia de superación personal, de crecimiento en lo deportivo y de convencimiento de que para un buen corredor de trail, tan importante es el ritmo que le permitan sus piernas y su resistencia física, como la cabeza y la estrategia seguida. Una prueba en la que la climatología hizo endurecer aún más una carrera muy exigente, y en el que hizo aflorar ese espíritu de sufrimiento y dureza tan característico de la Legión. Estrategia, desarrollo personal, sufrimiento, dureza,... es toda una referencia, una escuela, de crecimiento personal y deportivo, que permite ir dando pasos encaminados a alcanzar un sueño y con el desarrollo de una capacidad de visión alentadora, ver que el futuro deseado te elevará y te fortalecerá en el presente, tanto que te permita llegar a Ronda...

Una vez más, la 101 se vive¡¡, pero para ello, y en la línea de lo aquí expuesto, esta cita del Dr. Alonso Puig es un buen resumen de los sentimientos vividos en esta XXII edición de los 101 en Ronda, de la que siempre digo que será la última, pero que ya van seis...:
“Lanza tu corazón que el resto lo seguirá. Pero no basta lanzar el corazón. Tienes que tener una estrategia. Un plan de acción. No has de buscar el plan de acción ideal. El mejor plan de acción es el que se ejecuta. Un plan de acción. Una descripción de lo que vas a hacer. Y actúa en pequeño. Poco a poco. Pero cada paso que des en tu vida, hazlo pensando que te va a llevar a tu sueño y verás como el futuro te elevará en el presente.”
Mario Alonso Puig

sábado, 23 de febrero de 2019

El liderazgo de España



“Oh Patria! Cuántos hechos, cuántos nombres;
cuántos sucesos y victorias grandes...
Pues que tienes quien haga y quien te obliga,
¿Por qué te falta, España, quien lo diga?”
Lope de Vega

Se avecina todo un maratón de elecciones en los próximos meses y será bueno pensar en el bien de España: su presente y su futuro, sus fortalezas y oportunidades, sus debilidades y amenazas. Cuando las oportunidades se presentan cabe preguntarse si estamos preparados para afrontarlas con la determinación y confianza necesarias. Ciertamente el horizonte de los próximos meses para España son una oportunidad para reivindicarse como nación, para sentirse orgulloso de ser españoles. Y es que sobran motivos para el optimismo, frente a tanto catastrofismo y negacionismo de lo que somos y de lo que hemos sido capaces de hacer. Y peor aún, de lo que seremos capaces de conseguir. Nuestro Rey apela continuamente a este sentimiento, a reconocer nuestro legado histórico y a valorar lo mucho que podemos conseguir si permanecemos unidos.

España es un claro ejemplo de liderazgo. Líderes son aquellos que son capaces de movilizar y entusiasmar a sus seguidores, para que con implicación y compromiso, sean parte del proyecto compartido. Un breve repaso de ejemplos de ese liderazgo ofrece las grandes fortalezas de lo conseguido:
  • Política: España como modelo de transición política, que es considerada mundialmente como  ejemplo de convivencia y consenso, de reconciliación y pacto. 
  • Deportes: España cuenta con equipos de fútbol como el Real Madrid y el Barcelona que tienen seguidores y aficionados en todo el mundo, o con tenistas como Nadal, que es una de las leyendas de tenis mundial, o a la joven Carolina Marín que ha puesto a España en la cima del bádminton.
  • Turismo: España cuenta con una impresionante muestra de historia y patrimonio. Nada menos que 15 ciudades españolas han sido declaradas por la Unesco como Ciudades Patrimonio de la Humanidad, Córdoba entre ellas, convirtiéndose en el tercer país del mundo con más lugares declarados Patrimonio de la Humanidad. Además, es el primer destino del mundo en turismo vacacional, y continúa manteniendo el primer puesto mundial en banderas azules sobre playas. 
  • Historia: España es sinónimo de riqueza histórica, representa todo un valioso legado que explica lo que somos. Conquistadores, militares, reyes y héroes de muchas épocas que son un referente para entender lo que somos.
  • Gastronomía: España cuenta con una enorme riqueza gastronómica de sus diferentes comarcas, un gran atractivo reconocido por millones de turistas que nos visitan cada año.
  • Clima y Naturaleza: España cuenta con un clima envidiable y ocupa el tercer puesto mundial en Reservas de la Biosfera, y entre ellas el Parque de Doñana, la mayor reserva biológica de Europa.
  • Idioma: España tiene la segunda lengua más hablada del mundo, y sus escritores como Cervantes, Quevedo, Góngora, etc., son representantes de lo mejor de la literatura mundial.
  • Religión: España ha sido cuna de grandes santos y doctores de la Iglesia Católica: Santa Teresa de Jesús, San Ignacio de Loyola, San Juan de la Cruz, etc. son algunos de los referentes para la Iglesia y la humanidad y han puesto a España en la cima de la religiosidad popular.
  • Sanidad:  España cuenta con una de los mejores sistemas de salud del mundo, lo que explica el llamado turismo sanitario. Además España se sitúa desde hace 26 años como líder mundial de donaciones y trasplantes de órganos.
Los españoles somos poco atrevidos a valorar lo conseguido, a reconocer los méritos y a destacar los logros alcanzados. Ciertamente los españoles tenemos un concepto de nosotros mismos inferior a la que tienen fuera de nuestras fronteras. Esta percepción viene de lejos, pues arrastramos creencias negativas y complejos que nos perjudican y lastran a la hora de reconocer lo mucho que se ha conseguido. La baja autoestima como país influye negativamente en nuestro desarrollo individual y colectivo como sociedad. Como dice Lope de Vega en su famosa cita, seamos los españoles los primeros y orgullosos defensores de lo que somos, de lo conseguido y de nuestros héroes. En definitiva, España cuenta con fortalezas y oportunidades que hacen que su liderazgo sea un motivo de orgullo y reconocimiento.

Nuestro Rey apela continuamente al liderazgo de España, a sentirnos orgullosos de lo conseguido, del magnífico trabajo realizado que confirma una vez más a España como una nación con vocación y capacidad de liderazgo, como un socio responsable, fiable y leal con los compromisos internacionales asumidos. Apela a alimentar la maltrecha autoestima nacional, tan empobrecida durante tanto tiempo, afirmando: “Tenemos capacidad y coraje de sobra. Tenemos el deseo y la voluntad y hemos de sumar la confianza en nosotros mismos. Esa es la clave de nuestra esperanza en el futuro, la clave para recuperar el orgullo de nuestra conciencia nacional.”

Recuperemos pues, en este momento histórico para España, en la que los ciudadanos tienen una vez más la palabra para decidir, aquello que Ortega y Gasset defendía en su "España invertebrada", planteando a la nación, a España, como un proyecto común, la verdadera clave de su liderazgo:
"En toda auténtica incorporación, la fuerza tiene un carácter adjetivo. La potencia verdaderamente substancial que impulsa y nutre el proceso es siempre un dogma nacional, un proyecto sugestivo de vida en común. Repudiemos toda interpretación estática de la convivencia nacional y sepamos entenderla dinámicamente. No viven juntas las gentes sin más ni más y porque sí; esa cohesión a priori solo existe en la familia. Los grupos que integran un Estado viven juntos para algo: son una comunidad de propósitos, de anhelos, de grandes utilidades. No conviven por estar juntos, sino para hacer juntos algo".

sábado, 2 de febrero de 2019

El político eficaz



"La vida siempre te da dos opciones: la cómoda y la difícil. Cuando dudes elige siempre la difícil, porque así siempre estarás seguro de que no ha sido la comodidad la que ha elegido por ti"

Adolfo Suárez


El político es en la actualidad una pieza clave en el diseño y ejecución de las políticas públicas. Más allá de su rol como impulsor entre directivos públicos, trabajadores públicos y ciudadanía, el político influye, a través de sus decisiones y acciones, en los objetivos de las organizaciones que dirige. El político lidera la selección de programas, de objetivos y alinea valores, y es clave para superar las inherentes complejidades del sector público. Ciertamente, el liderazgo del político será un factor clave para el éxito organizativo, la efectividad y el desempeño de cada administración pública.

La relación entre liderazgo y dirección inicia sus pasos en el sector privado, basándose en los rasgos psicológicos y personales del líder: logros, energía, ambición, tenacidad, autoconfianza, creatividad o flexibilidad. Posteriormente ha tenido un amplio desarrollo en diferentes teorías o modelos del liderazgo. En cambio, en la gestión pública existe un cierto subdesarrollo de esta disciplina, vinculado tanto al debate normativo sobre el rol del directivo público como a las dificultades técnicas para el estudio del liderazgo.

El político eficaz en un alegato a favor de un liderazgo ético en el que las personas ocupan un lugar preferente en la política. Las personas son la base de un país, de las empresas, de los equipos, de las decisiones, de los proyectos. Es una apuesta por definir un modelo de político exigente en los resultados pero comprometido con las personas que los posibilitan. Ciertamente, el ser humano es lo más valioso que tiene cualquier organización, pero también lo más complicado de dirigir. Esta afirmación, encierra todo un mensaje de por donde debe transitar la gestión, el desempeño de un gestor, ya sea político o directivo. Es decir, una gestión que se fija en las personas para poder liderar un proyecto ilusionante, compartido entre todo el equipo de colaboradores, pero a la vez, una gestión que no se esconde ante la dificultad de dirigir personas para alcanzar proyectos ambiciosos.

Si se pudiera inventariar los elementos que configuran el perfil de un buen político y gestor, se trataría de una radiografía de cuáles deben ser las actitudes y aptitudes que debe poseer un político si quiere conseguir que su gestión pueda llegar a ser eficaz. Estos elementos constituyen todo un plan de acción para el que quiera afrontar la difícil tarea de ser un político eficaz. Son todo un conjunto de habilidades, virtudes y fortalezas. El político eficaz está permanentemente tomando decisiones para cumplir con sus objetivos. Por tanto, es la toma de decisiones la actividad que mejor define la función política, y en la que se involucran necesariamente a las personas. En este sentido, la tarea del político eficaz está identificada con los cuatro elementos siguientes:
  • Generador de decisiones: su responsabilidad radica en que debe tomar las decisiones adecuadas mediante el empleo de técnicas y la aplicación de los criterios necesarios para alcanzar los objetivos propuestos.
  • Gestión de personas: su responsabilidad es lograr que las personas a él encomendadas hagan lo que tienen que hacer, en el momento en que lo tienen que hacer y de la manera como se debe hacer.
  • Coordinador de procesos: su responsabilidad es que las diferentes áreas funcionales se ensamblen de tal manera que se obtenga una unidad coherente y orientada hacia un objetivo común.
  • Visión fuerte y convincente: el desarrollo de la visión es una de las habilidades más importantes en el político, que conoce el rumbo que quiere seguir, que tiene proyecto. Los políticos con visión son personas de ideas y forjadores de conceptos.
Como conclusión, frente a la tendencia de la política que trata de privilegiar logros y realizaciones, en conceder mayor valor a aquello que ha conseguido que a la manera de hacerlo, el político eficaz alcanzará el éxito cuando encuentre el equilibrio entre la eficacia de los resultados y la calidad de la gestión y optimización de los recursos, a través del despliegue de todo un inventario de habilidades, actitudes y fortalezas personales. En consecuencia, se puede decir que para ser un buen político, un político eficaz, es, en parte ciencia y en parte arte.

Liderazgo, preparación técnica, ejemplaridad, motivación, sacrificio, capacidad de negociación, integridad personal, visión, etc. El buen político no nace, sino que se hace. El buen político raramente sale de "fábrica" con las virtudes que harán de él un político ideal. Será aconsejable, imprescindible en determinadas responsabilidades, acumular una trayectoria profesional de éxito como directivo de empresas, lo que le permitirá no concebir la política como una profesión sino como un verdadero paréntesis profesional de servicio público y vocación al bien común, en el que tomar decisiones difíciles será la norma y la horma del político eficaz, frente a las decisiones fáciles y cómodas, propia de otros políticos que no merecen tal responsabilidad.

lunes, 14 de enero de 2019

"Rigor mental y precisión conceptual" En homenaje a Jaime Loring





El pasado viernes 11 de enero de 2019 fallecía en Málaga el Padre Jaime Loring, jesuita y fundador de ETEA en 1963. Desde su fallecimiento se han escrito numerosos testimonios de muchas personas que lo conocieron y pudieron ver en Jaime Loring, una persona visionaria, comprometida y coherente. Fui alumno de Jaime Loring en ETEA, y guardo un gran recuerdo de sus clases de Contabilidad de Sociedades y Economía de la Empresa, de sus charlas y reflexiones, de las conversaciones en los descansos entre clase y clase. Lo que más me llegaba de Jaime eran sus explicaciones y argumentaciones para cada uno de los conceptos que trataba de presentarnos. Guardo una frase de él que utilizo cada año en mis clases en la Universidad de Córdoba. Esa frase es precisamente la que da título a esta colaboración: "Rigor mental y precisión conceptual". Esta cita que le escuché en repetidas ocasiones, me marcaría en mi vida profesional, y desde mi actividad docente trato de trasladar a mis alumnos el sentido y significado que aprendí de Jaime Loring. La importancia para un universitario de ser riguroso en los razonamientos y preciso en la utilización de los conceptos, sea cual sea la materia o el ámbito en el que nos encontremos, y que son la levadura que nos lleva a la integridad personal y profesional.

La ETEA que yo conocí y que fundó Jaime Loring ha representado un formidable activo para las generaciones de jóvenes que se han formado en Córdoba. Una formación universitaria puntera en lo académico, pero preocupada en lo humano, atendiendo una visión ética de las relaciones económicas. Este es su legado, el legado de haber sido un gran profesor, al que le debemos parte de lo que somos, y una persona comprometida en mejorar el mundo. Una persona que huía de las etiquetas, y sobre esto el mismo se definía "Yo no soy de izquierdas, ni de derechas. Soy yo", etiquetas que sin duda comprometían su fidelidad con el rigor mental y la precisión conceptual que como intelectual defendió durante toda su vida.

miércoles, 2 de enero de 2019

Política de etiquetas



En la España actual, tan moderna y a la vez tan amante de sus tradiciones y costumbres, se ha hecho habitual un método de discusión que remplaza a los argumentos y al debate por los ataques personales y la apelación a la etiqueta política: progresista, conservador, derecha, izquierda, etc. En su raíz está la misma filosofía usada por sistemas no democráticos para etiquetar a las personas como enemigos del sistema y lo políticamente correcto, y así movilizar y condicionar a los ciudadanos en una determinada línea de pensamiento.

El cambio político en Andalucía y la incertidumbre y dependencia de apoyos imposibles en el Gobierno de España son algunos de los elementos de más relevancia en la actualidad. Los resultados de las últimas elecciones andaluzas han permitido que se reactivarán aún más el uso de etiquetas para calificar a determinadas formaciones políticas o a sus votantes.

Las etiquetas constituyen un recurso mental y dialéctico, que la Real Academia de Lengua Española lo define como «una calificación estereotipada y simplificadora», una forma de buscar explicaciones básicas cuando una persona no responde ante una situación como creemos que debería. En política, el recurso a las etiquetas lleva a simplificar las ideologías a extrema derecha, derecha, centro, izquierda o extrema izquierda, o bien hablar de conservadores y progresistas. Y todos sabemos que la realidad es mucho más compleja, pero se cae con frecuencia, sin el más mínimo rubor, en lo estereotipado y simplificado.

Los partidos políticos y los medios de comunicación tratan de menoscabar la reputación de otros con expresiones que repiten hasta la saciedad para que calen y se asienten como etiquetas peyorativas o descalificadoras. Tratan de generalizar esas etiquetas, de arraigarlas en la conversación colectiva, hasta que el ciudadano las asume y considere normales. Además de las etiquetas se recurre a otros calificativos que implican connotaciones despectivas, con clichés y tópicos, para asociarlos al significado de la etiqueta. Ese recurso a desgastar y criticar al rival puede provocar en la ciudadanía el desafecto a la política, el hartazgo y en definitiva, la abstención. 

No obstante,  las personas, los partidos, las ideas, son mucho más que etiquetas. Y la mejor manera de combatirlas es la de recurrir al rigor mental, la precisión conceptual y la integridad. Las etiquetas, en definitiva, se basan en prejuicios o tópicos muchas veces vacíos de contenido y fundamento. Que cierto aquello de que las palabras que no van seguidas de hechos no valen nada. Y las etiquetas sin base suelen acabar en la nada, pues atentan contra la inteligencia de las personas.

Por ello, frente a tanta etiqueta, bien estaría en recordar a Ortega y Gasset, cuando refiriéndose a la política aseveraba que "ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejía moral". El autor critica que el situarse en bandos, más o menos extremos, como una manera de pensar contraria a la otra, impide observar y aprender los puntos buenos y los valores positivos del otro supuesto bando. Frente a la política de etiquetas, tópicos y monsergas mediáticas, se necesita más capacidad de diálogo, más empatía y en consecuencia, tratar con respeto a las personas y sus opiniones. Es lo más básico en democracia. Ciertamente, la política no se encuentra en sus mejores momentos, y la respuesta en todos sus actores, políticos y ciudadanos, no puede ser otra que liderazgo en las ideas, responsabilidad y sensatez en la toma de decisiones y eficacia en la gestión.