“Oh Patria! Cuántos hechos, cuántos nombres;
cuántos sucesos y victorias grandes...
Pues que tienes quien haga y quien te obliga,
¿Por qué te falta, España, quien lo diga?”
Lope de Vega
Se avecina todo un maratón de elecciones en los próximos meses y será bueno pensar en el bien de España: su presente y su futuro, sus fortalezas y oportunidades, sus debilidades y amenazas. Cuando las oportunidades se presentan cabe preguntarse si estamos preparados para afrontarlas con la determinación y confianza necesarias. Ciertamente el horizonte de los próximos meses para España son una oportunidad para reivindicarse como nación, para sentirse orgulloso de ser españoles. Y es que sobran motivos para el optimismo, frente a tanto catastrofismo y negacionismo de lo que somos y de lo que hemos sido capaces de hacer. Y peor aún, de lo que seremos capaces de conseguir. Nuestro Rey apela continuamente a este sentimiento, a reconocer nuestro legado histórico y a valorar lo mucho que podemos conseguir si permanecemos unidos.
España es un claro ejemplo de liderazgo. Líderes son aquellos que son capaces de movilizar y entusiasmar a sus seguidores, para que con implicación y compromiso, sean parte del proyecto compartido. Un breve repaso de ejemplos de ese liderazgo ofrece las grandes fortalezas de lo conseguido:
- Política: España como modelo de transición política, que es considerada mundialmente como ejemplo de convivencia y consenso, de reconciliación y pacto.
- Deportes: España cuenta con equipos de fútbol como el Real Madrid y el Barcelona que tienen seguidores y aficionados en todo el mundo, o con tenistas como Nadal, que es una de las leyendas de tenis mundial, o a la joven Carolina Marín que ha puesto a España en la cima del bádminton.
- Turismo: España cuenta con una impresionante muestra de historia y patrimonio. Nada menos que 15 ciudades españolas han sido declaradas por la Unesco como Ciudades Patrimonio de la Humanidad, Córdoba entre ellas, convirtiéndose en el tercer país del mundo con más lugares declarados Patrimonio de la Humanidad. Además, es el primer destino del mundo en turismo vacacional, y continúa manteniendo el primer puesto mundial en banderas azules sobre playas.
- Historia: España es sinónimo de riqueza histórica, representa todo un valioso legado que explica lo que somos. Conquistadores, militares, reyes y héroes de muchas épocas que son un referente para entender lo que somos.
- Gastronomía: España cuenta con una enorme riqueza gastronómica de sus diferentes comarcas, un gran atractivo reconocido por millones de turistas que nos visitan cada año.
- Clima y Naturaleza: España cuenta con un clima envidiable y ocupa el tercer puesto mundial en Reservas de la Biosfera, y entre ellas el Parque de Doñana, la mayor reserva biológica de Europa.
- Idioma: España tiene la segunda lengua más hablada del mundo, y sus escritores como Cervantes, Quevedo, Góngora, etc., son representantes de lo mejor de la literatura mundial.
- Religión: España ha sido cuna de grandes santos y doctores de la Iglesia Católica: Santa Teresa de Jesús, San Ignacio de Loyola, San Juan de la Cruz, etc. son algunos de los referentes para la Iglesia y la humanidad y han puesto a España en la cima de la religiosidad popular.
- Sanidad: España cuenta con una de los mejores sistemas de salud del mundo, lo que explica el llamado turismo sanitario. Además España se sitúa desde hace 26 años como líder mundial de donaciones y trasplantes de órganos.
Los españoles somos poco atrevidos a valorar lo conseguido, a reconocer los méritos y a destacar los logros alcanzados. Ciertamente los españoles tenemos un concepto de nosotros mismos inferior a la que tienen fuera de nuestras fronteras. Esta percepción viene de lejos, pues arrastramos creencias negativas y complejos que nos perjudican y lastran a la hora de reconocer lo mucho que se ha conseguido. La baja autoestima como país influye negativamente en nuestro desarrollo individual y colectivo como sociedad. Como dice Lope de Vega en su famosa cita, seamos los españoles los primeros y orgullosos defensores de lo que somos, de lo conseguido y de nuestros héroes. En definitiva, España cuenta con fortalezas y oportunidades que hacen que su liderazgo sea un motivo de orgullo y reconocimiento.
Nuestro Rey apela continuamente al liderazgo de España, a sentirnos orgullosos de lo conseguido, del magnífico trabajo realizado que confirma una vez más a España como una nación con vocación y capacidad de liderazgo, como un socio responsable, fiable y leal con los compromisos internacionales asumidos. Apela a alimentar la maltrecha autoestima nacional, tan empobrecida durante tanto tiempo, afirmando: “Tenemos capacidad y coraje de sobra. Tenemos el deseo y la voluntad y hemos de sumar la confianza en nosotros mismos. Esa es la clave de nuestra esperanza en el futuro, la clave para recuperar el orgullo de nuestra conciencia nacional.”
Recuperemos pues, en este momento histórico para España, en la que los ciudadanos tienen una vez más la palabra para decidir, aquello que Ortega y Gasset defendía en su "España invertebrada", planteando a la nación, a España, como un proyecto común, la verdadera clave de su liderazgo:
Nuestro Rey apela continuamente al liderazgo de España, a sentirnos orgullosos de lo conseguido, del magnífico trabajo realizado que confirma una vez más a España como una nación con vocación y capacidad de liderazgo, como un socio responsable, fiable y leal con los compromisos internacionales asumidos. Apela a alimentar la maltrecha autoestima nacional, tan empobrecida durante tanto tiempo, afirmando: “Tenemos capacidad y coraje de sobra. Tenemos el deseo y la voluntad y hemos de sumar la confianza en nosotros mismos. Esa es la clave de nuestra esperanza en el futuro, la clave para recuperar el orgullo de nuestra conciencia nacional.”
Recuperemos pues, en este momento histórico para España, en la que los ciudadanos tienen una vez más la palabra para decidir, aquello que Ortega y Gasset defendía en su "España invertebrada", planteando a la nación, a España, como un proyecto común, la verdadera clave de su liderazgo:
"En toda auténtica incorporación, la fuerza tiene un carácter adjetivo. La potencia verdaderamente substancial que impulsa y nutre el proceso es siempre un dogma nacional, un proyecto sugestivo de vida en común. Repudiemos toda interpretación estática de la convivencia nacional y sepamos entenderla dinámicamente. No viven juntas las gentes sin más ni más y porque sí; esa cohesión a priori solo existe en la familia. Los grupos que integran un Estado viven juntos para algo: son una comunidad de propósitos, de anhelos, de grandes utilidades. No conviven por estar juntos, sino para hacer juntos algo".