“En medio
del duro invierno, descubrí por fin
que dentro de mi hay un ser invencible”
Albert Camus
En entradas anteriores hemos abordado desde otras perspectivas el siempre fascinante mundo de la motivación. La motivación es un asunto que suscita una gran atención. Cuando se nos dice por activa y por pasiva que las dificultades actuales sólo pueden superarse con esfuerzo y decisión, considero que la motivación es la fuerza que marcará las diferencias entre las personas. Y frente a las personas que esperan la zanahoria para actuar, la motivación extrínseca, otros pensamos que la motivación interior, la intrínseca, será la que formará trayectorias personales y profesionales mucho más exitosas y gratificantes.
Una definición apropiada de motivación intrínseca podría ser la siguiente:"La motivación intrínseca es la que nace de ti mismo, es la motivación que se origina interiormente, desde tu mente, desde tu corazón, desde tus más profundos sueños."
La motivación intrínseca, que es la verdadera motivación, viene a ser como el combustible en un motor. Por eso, es tan importante que no falte. Hay que repostar, cuidarla y alimentarla. Por eso, un trabajador motivado es ejemplo para todos y generador de entusiasmo para el grupo de trabajo más cercano. Un aspecto importante que favorece la motivación intrínseca es ser consciente de lo que se espera de nosotros y trabajar por conseguirlo. Por eso, es especialmente interesante cuando al tratar la inteligencia emocional, se considera a la automotivación como uno de sus pilares fundamentales. Motivarse uno mismo nos proporciona y facilita la superación personal y el logro de nuestros objetivos. Por tanto, lo consideramos como el proceso que impulsa a una persona a actuar de una determinada manera. Tiene mucho que ver con la fuerza de voluntad, lo que implica que las dificultades, los problemas, los conflictos no te hacen desanimarte, y nuestro verdadero potencial no se ve afectado, si trabajamos con perseverancia por su logro.
La motivación intrínseca, la automotivación, nos orienta en la búsqueda de nuestros objetivos y propósitos, mide los riesgos que puedo y debo asumir y te impulsa a la búsqueda de la información necesaria para afrontar tus responsabilidades. Entendida así la motivación, tendremos interiorizado que cada día nos ofrece oportunidades para mejorar.
También la motivación intrínseca la debemos relacionar con el entusiasmo, el compromiso, la confianza en uno mismo y la capacidad de iniciativa que seamos capaces de desplegar. Puesto que de desplegar estamos hablando cuando la ilusión por hacer algo nos moviliza, nos motiva por conseguirlo, y eso es en definitiva, la esencia de este fascinante concepto que es la motivación. Dice Miguel de Unamuno que "somos nuestra propia obra", pues que mejor alegato para comprender el alcance fundamental de la motivación. Las personas somos lo que hacemos, y ese "hacemos" nos lo determina nuestra fuerza interior. Anteriormente nos referíamos al compromiso, concepto muy relacionado con la motivación intrínseca, puesto que implica el sacrificio y la perseverancia en conseguir los propósitos y en asumir como propios, los valores y objetivos del grupo del que formamos parte. Finalmente, la iniciativa personal es otro elemento que considero realmente importante en la motivación. Intentar superar las expectativas que han depositado en uno mismo es una fuente de energía interior formidable, ir más allá del mero cumplimiento implica un deseo de mejora que es realmente considerado por las empresas, así como el saber aprovechar las oportunidades que se nos presentan en la vida. Confiar en uno mismo es un elemento a considerar cuando de factores motivadores intrínsecos hablamos. Es un proceso continuo que se puede abordar desde la mejora del conocimiento, desde la habilidad en saber plantearse metas alcanzables (la historia de comerse un elefante nos ayuda a comprenderlo mejor) y finalmente desplegando la capacidad de visualizar nuestro objetivo. Recuerdo una entrevista a Toni Nadal, tío y entrenador de Rafa Nadal. Decía que en las vísperas de las grandes finales parte del entrenamiento consistía en visualizar el partido, los golpes, las estrategias y movimientos que debía realizar. Es fascinante, la visualización hace reforzar nuestra confianza en nosotros mismos.
En el trabajo, en la empresa, las personas podemos encontrar fuentes de motivación intrínseca en aspectos relacionados con la realización del trabajo en sí mismo, como por ejemplo el aprendizaje continuo y los conocimientos que voy adquiriendo, el desarrollo y aplicación práctica de nuestras capacidades y habilidades personales y profesionales, la mejora en el autoconocimiento personal, la propia seguridad en un mismo y en lo que hacemos, la satisfacción por el trabajo bien hecho, el compartir los valores y objetivos de la empresa, el contar con un liderazgo que nos inspira y hace crecer. Todo esto fomenta una motivación interior que es la base de un desempeño excelente, aquel que todos anhelamos, aquel que nos proporciona una verdadera satisfacción personal.
También la motivación intrínseca la debemos relacionar con el entusiasmo, el compromiso, la confianza en uno mismo y la capacidad de iniciativa que seamos capaces de desplegar. Puesto que de desplegar estamos hablando cuando la ilusión por hacer algo nos moviliza, nos motiva por conseguirlo, y eso es en definitiva, la esencia de este fascinante concepto que es la motivación. Dice Miguel de Unamuno que "somos nuestra propia obra", pues que mejor alegato para comprender el alcance fundamental de la motivación. Las personas somos lo que hacemos, y ese "hacemos" nos lo determina nuestra fuerza interior. Anteriormente nos referíamos al compromiso, concepto muy relacionado con la motivación intrínseca, puesto que implica el sacrificio y la perseverancia en conseguir los propósitos y en asumir como propios, los valores y objetivos del grupo del que formamos parte. Finalmente, la iniciativa personal es otro elemento que considero realmente importante en la motivación. Intentar superar las expectativas que han depositado en uno mismo es una fuente de energía interior formidable, ir más allá del mero cumplimiento implica un deseo de mejora que es realmente considerado por las empresas, así como el saber aprovechar las oportunidades que se nos presentan en la vida. Confiar en uno mismo es un elemento a considerar cuando de factores motivadores intrínsecos hablamos. Es un proceso continuo que se puede abordar desde la mejora del conocimiento, desde la habilidad en saber plantearse metas alcanzables (la historia de comerse un elefante nos ayuda a comprenderlo mejor) y finalmente desplegando la capacidad de visualizar nuestro objetivo. Recuerdo una entrevista a Toni Nadal, tío y entrenador de Rafa Nadal. Decía que en las vísperas de las grandes finales parte del entrenamiento consistía en visualizar el partido, los golpes, las estrategias y movimientos que debía realizar. Es fascinante, la visualización hace reforzar nuestra confianza en nosotros mismos.
En el trabajo, en la empresa, las personas podemos encontrar fuentes de motivación intrínseca en aspectos relacionados con la realización del trabajo en sí mismo, como por ejemplo el aprendizaje continuo y los conocimientos que voy adquiriendo, el desarrollo y aplicación práctica de nuestras capacidades y habilidades personales y profesionales, la mejora en el autoconocimiento personal, la propia seguridad en un mismo y en lo que hacemos, la satisfacción por el trabajo bien hecho, el compartir los valores y objetivos de la empresa, el contar con un liderazgo que nos inspira y hace crecer. Todo esto fomenta una motivación interior que es la base de un desempeño excelente, aquel que todos anhelamos, aquel que nos proporciona una verdadera satisfacción personal.
Para terminar es obligada la cita de E. Edwards Deming, tomada del libro "Madera de líder" del Dr. Mario Alonso Puig, la cual considero magnífica, puesto que acierta y dirige todo el foco de atención sobre lo que verdaderamente representa la motivación en las personas:
"Todos nacemos con una motivación intrínseca, con una dignidad y una necesidad de aprender. Nuestro sistema de management actual lo destruye todo al reemplazarlas por una motivación extrínseca y por el enjuiciamiento continuo de las personas.
Las personas serán más creativas cuando se sientan motivadas principalmente por el interés, la satisfacción y el desafío del propio trabajo y no por las presiones externas".