domingo, 21 de septiembre de 2014

La motivación en acción





Al finalizar el verano e iniciarse un nuevo curso, es un buen momento para plantearse nuevos objetivos. Pienso que este es un ejercicio necesario en cualquier momento, pero indudablemente hay "momentos" en los que resulta imprescindible. En cualquier ámbito, tanto personal como laboral, los retos que nos proponemos marcan la diferencia en la pasión que ponemos en lo que hacemos. A nivel laboral, la motivación de los trabajadores resulta ser un problema sin una solución clara, ni única. Por eso, las empresas deben desarrollar estrategias para sacar de la rutina a sus trabajadores. Algunas estrategias pasarían por articular acciones en la linea de:

  • Ayudar a formular y a cumplir nuevos retos.
  • Facilitar la formación específica para desarrollar habilidades personales y directivas.
  • Favorecer la adaptación a los cambios.
  • Establecer una apuesta decidida por la comunicación y participación.
Por tanto, considero que un plan para movilizar nuestra motivación, estaría integrada por los elementos siguientes:
  1. Soñar: Imaginar que se puede con la idea ilusionante de alcanzar el objetivo o reto planteado, evitando ideas "paralizantes", irracionales, que diría Ellis, del tipo "no puedo", "lo veo difícil", "tengo mucho trabajo", etc. ...
  2. Pasión y disfrute: Hace falta buscar la pasión en esta nueva etapa, para que no se vea frustrada. Es importante relacionarlo con lo que ilusiona y sobre todo disfrutar del "proceso".
  3. Aprender y crear hábitos: Hay que seguir aprendiendo, y si algo te permite conocer al abordar un reto es la incertidumbre se debe superar. De ahí lo importante que es la actitud para seguir aprendiendo y sobre todo, creando los hábitos necesarios para que ese proceso de aprendizaje sea eficaz.
  4. Trabajar en equipo: Contar con un equipo puede ser una experiencia fantástica. Se debe afianzar esta cuestión aprendiendo más y aprovechando más de la experiencia y conocimiento. De cada miembro del equipo. Aquí entra en juego la sinergía, que supone que 2 + 2 = 5. Es decir, la labor de equipo es mejor que la suma de las individualidades.
  5. Compromiso: El compromiso asumido por abordar el reto y acabarlo genera una energía que da fuerza para seguir, para continuar.

viernes, 12 de septiembre de 2014

El gestor eficaz

“Lo más importante de un primer paso no es la distancia recorrida, sino la decisión tomada.” 
Aristóteles.

El gestor eficaz es el título del segundo libro de José Manuel Muriel, editado por ESIC en 2013. Es un libro oportuno, ameno y bien escrito. Para mi es una gran satisfacción poder escribir estas sencillas líneas sobre este libro. Y lo es por varias razones. En primer lugar, porque conozco al autor y se de su amplia y valiosa experiencia profesional. En segundo lugar, porque detrás del rigor, de la exigencia, de la competencia, afloran los valores que debe presidir toda actuación profesional. Enhorabuena, José Manuel.

El gestor eficaz en un alegato a favor de un liderazgo ético en el que las personas ocupan un lugar preferente. Las personas son la base de las empresas, de los equipos, de las decisiones, de los proyectos.  Es una apuesta por definir un modelo de directivo exigente en los resultados pero comprometido con las personas que los posibilitan.


Dice José Manuel que "el ser humano es lo más valioso que tiene cualquier empresa, pero también lo más complicado de dirigir". Esta afirmación, que comparto plenamente, encierra todo un mensaje de por donde debe transitar la gestión, el desempeño de un gestor. Es decir, una gestión que se fija en las personas para poder liderar un proyecto ilusionante, compartido entre todo el equipo de colaboradores. Pero a la vez, una gestión que no se esconde ante la dificultad de dirigir personas. Ya lo decía el prof. Sandalio Gómez: “La labor de dirigir personas en la empresa, es sin ninguna duda, la más difícil y compleja de todas las facetas que el directivo debe asumir”. Y José Manuel lo ha entendido perfectamente, pues a lo largo de todo el libro se desprende que el ser directivo implica una permanente apuesta por el equipo, y por tanto, por las personas.

Me ha resultado muy interesante el esfuerzo que realiza por inventariar hasta 29 elementos que configuran el perfil de un buen gestor. Efectivamente, se trata de una radiografía de cuáles deben ser "las actitudes y aptitudes que debe poseer un gestor si quiere conseguir que su gestión pueda llegar a ser eficaz". Estos 29 elementos constituyen todo un plan de acción para el que quiera afrontar la difícil tarea de ser un directivo eficaz. Son todo un conjunto de habilidades, virtudes, fortalezas. Son las siguientes:


Carácter
Ambición
Saber priorizar
La perfección
Fe
Proyecto
Comunicación
Tranquilidad
Recursos Humanos
Liderazgo
Experiencia
Responsabilidad social
Negociación
Ejemplo
Transparencia
Trabajo en equipo
Código de conducta
Confidencialidad
Toma de decisiones
Compromiso
Lealtad
Motivación
Relaciones personales
Humildad 
Dedicación
Colaboradores
Tenacidad
Objetivo común.
Honradez



Se afirma que el directivo necesita poseer unos conocimientos técnicos. Pero no solamente los que tienen que ver con los procesos productivos específicos de la empresa, sino también, aquéllos que se relacionan con la gestión de personas. Es evidente que la acción no puede basarse únicamente en los conocimientos adquiridos, se necesitan habilidades y, por supuesto, actitudes. En el hacer directivo, aunque los conocimientos sean de mucha utilidad, lo que se necesita es capacidad para hacer más y mejores cosas. 

Suelo decir en mis clases de Habilidades de Dirección, que el directivo está permanentemente tomando decisiones para cumplir con sus cometidos. Las personas, también. Por tanto, en la toma de decisiones, la actividad que mejor define la función directiva, se involucran necesariamente a las personas. Asumir que “las empresas las hacen las personas” implica aceptar que la dirección tiene que ver con dirigir y desarrollar personas. En este sentido, la función directiva se suele identificar con tres elementos centrales: 
  • Generador de decisiones: su responsabilidad radica en que debe tomar las decisiones mediante el empleo de técnicas y la aplicación de los criterios necesarios para alcanzar los objetivos propuestos. 
  • Gestión de personas: su responsabilidad es lograr que las personas a él encomendadas hagan lo que tienen que hacer, en el momento en que lo tienen que hacer y de la manera como se debe hacer. 
  • Coordinación de procesos: su responsabilidad es que las diferentes áreas funcionales se ensamblen de tal manera que se obtenga una unidad coherente y orientada hacia un objetivo común. 
El gestor eficaz encierra otra idea que me ha parecido especialmente interesante: "A quien debemos considerar un gestor". Esta idea fuerza, que da titulo a un apartado del libro, recoge una enseñanza de gran interés: toda persona que ocupe un puesto con plena responsabilidad sobre sus resultados debe considerarse un gestor. Me gusta mucho esta idea, que responde a la corriente actual que la identifica como "empowerment", y que viene a significar una apuesta por las personas, favoreciendo su desarrollo, su implicación y compromiso con la empresa.

Como conclusión, de la lectura de "El gestor eficaz" destaco la siguiente valoración: frente a la tendencia del mundo empresarial en privilegiar los logros y realizaciones, en conceder mayor valor a aquello que ha conseguido que a la manera de hacerlo, el gestor eficaz alcanzará el éxito cuando encuentre el equilibrio entre la eficacia de los resultados y la calidad de la gestión de personas, a través del despliegue de todo un inventario de habilidades, actitudes y fortalezas personales. En consecuencia, se puede decir que para ser un buen gestor, un gestor eficaz,  es, en parte ciencia y, en parte arte.